
La decisión del Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez de ceder las competencias en inmigración a la Generalidad de Cataluña a petición expresa de Junts ha puesto en el foco las supuestas medidas en torno a la inmigración que los independentistas catalanes ejecutarían si llegaran de nuevo al gobierno autonómico. Pese a que el Gobierno de Sánchez insiste en que no se trata de una "transferencia", el control sobre autorizaciones de residencia, centros de internamiento, expulsiones y sanciones, entre otros aspectos clave, pasarán a manos de la Generalitat.
En este contexto, se están analizando las declaraciones racistas realizadas por algunos dirigentes y figuras relevantes del separatismo catalán; comenzando por su el padre ideológico del mismo y expresidente de la Generalidad, Jordi Pujol, quien aseguró que "el andaluz es un hombre poco hecho que vive en estado de ignorancia y miseria cultural." Del mismo modo se pronunció otro de los expresidentes de la Generalidad y dirigente de Junts, plataforma ahora liderada por Carles Puigdemont. "Son carroñeros, víboras, hienas, bestias con forma humana", aseguró refiriéndose a quienes no hablan catalán en Cataluña.
En el mismo sentido que su exlíder se pronunció el que fuera consejero de Ciu --la formación de Pujol--, Josep Antoni Duran i Lleida, que arremetió contra los andaluces haciendo gala del "España nos roba": "Con lo que damos nosotros, reciben los andaluces un PER para pasar una mañana o toda la jornada en el bar." Un ejemplo que siguió la que fuese esposa de Pujol, Marta Ferrusola, que dijo que sus hijos no podían jugar en el parque porque todos los demás niños eran españoles.
Un racismo que no sólo está patente en el centro y la derecha catalana, sino que dirigentes de ERC como Oriol Junqueras han mostrado la misma xenofobia a pesar de mostrarse como galantes de la multiculturalidad. "Los catalanes tienen más proximidad genética con los franceses que con los españoles", dijo el exdirigente. Otro de los dirigentes de la plataforma en la que Gabriel Rufián actúa como portavoz en el Congreso, Heribert Barrera, aseguró que "los negros tienen una inteligencia inferior, se debería esterilizar al débil mental de origen genético."
Otra de las figuras de la política catalana que mostró su repulsión hacia aquellos que defendían posiciones de concordia con el Estado fue Núria de Gispert, que cargó contra la exlíder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas. "Es inepta e ignorante, debe de echar de menos su pueblo, ¿quién la obliga a estar aquí?", le llegó a espetar. Además, este racismo está presente en frases célebres de autores y profesionales de la cultura como Pere Quart, que no se cortó al aseverar que "los españoles son españoles y son chorizos por el hecho de ser españoles."
Estas confesiones contrastan con la reciente cesión de competencias en inmigración por parte de un Gobierno que se define como antirracista y progresista, dejando en manos de dirigentes catalanes –algunos de los cuales han hecho afirmaciones excluyentes– un mayor control sobre esta materia, al mismo tiempo que la financiación de estas competencias seguirá recayendo en el conjunto de los españoles.
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