En el programa de madrugada de esRadio, Prohibido contar ovejas, echamos un vistazo a los thrillers eróticos de los 90. El éxito de Atracción Fatal e Instinto Básico propició una simpática moda de películas que utilizaban el erotismo como reclamo para narrar historias policiacas o dramáticas donde el deseo, la manipulación y las dobleces de los personajes cobraban protagonismo.
Después de las películas clasificadas S y el erotismo de los 70, los thrillers eróticos de los noventa fue la última oportunidad del gran público para encontrarse con este tipo de historias humanas en el cine norteamericano.
Y no hablamos solo de Nueve semanas y media, al fin y al cabo diez años anterior, sino de títulos como la citada Instinto Básico -todo un remix de motivos de Hitchcock pasados por el barniz europeo de su director, Paul Verhoeven- y derivados como Sliver (Acosada), vehículo al servicio de la misma actriz, Sharon Stone, con el mismo guionista Joe Eszterhas, que advertía de los peligros de la pérdida de privacidad a ritmo de UB-40.
Otra actriz que creció con esta moda fue Jane March, que protagonizó la polémica europea de la lista con El amante, de Jean Jacques-Annaud, junto a Tony Leung en una historia ambientada en Indochina, así como El Color de la Noche, un thriller con Bruce Willis donde se tomaban motivos procedentes del giallo italiano y se agitaban con los homenajes de De Palma a Hitchcock. La película fue un fracaso y apuntaba al fin de la moda en apenas unos años.
Mientras tanto, surgieron otras como Lazos ardientes, de las hermanas Wachowski, donde se jugaba. con motivos lésbicos, así como Juegos salvajes, de John McNaughton, donde se planteaba una complicada intriga con muchas notas de humor y algunas escenas picantes entre Neve Campbell y Denise Richards.
Nuestro Antonio Banderas tambien coqueteó con el género (y Rebecca De Mornay) en Nunca hables con extraños, y Madonna se dejó echar cera caliente por Willen Dafoe en la imposible El cuerpo del delito. Estas y otras películas más o menos entrañables o de calidad se dejaron caer por la (erótica) cartelera de los noventa.
Todas estas películas y muchas más reflexiones en Prohibido contar ovejas.
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