Hoy, En casa de Herrero, hablan sobre el dolor crónico, un problema que no solo afecta a la calidad de vida, sino que también impacta en el ámbito laboral y personal de quienes lo padecen. Los expertos de la salud afirman que el dolor crónico afecta a personas de todas las edades, no solo se reduce en las personas mayores.
A pesar de los avances en medicina, la gestión del dolor sigue siendo un área insuficientemente abordada en muchos casos. En ocasiones, la desesperación por encontrar alivio lleva a las personas a recurrir a sustancias que calman temporalmente el dolor, aunque a largo plazo generen adicción. Una de estas sustancias son los opioides, recetados comúnmente como tratamiento del dolor severo. Ahora está a punto de salir al mercado un fármaco que impide que la señal del dolor llegue al cerebro y no genera adicción, la Suzetrigina.
Luis Herrero ha entrevistado a Ana Isabel Henche, médica de la unidad de Conductas Adictivas del Hospital Universitario de Toledo. "Los opioides generan adicción y son el tratamiento más potente que tenemos ahora mismo para el dolor", ha comentado la doctora. Este fármaco puede ser "revolucionario", aunque Ana Isabel prefiere ser cautelosa. "Si es cierto que ha pasado la última fase de los ensayos clínicos, pero realmente por su mecanismo de acción sí sería revolucionario porque cortan el estímulo doloroso antes de llegar al sistema nervioso, donde los receptores opioides están y donde intervienen para cortar la señal", ha declarado la médica.
Desde el punto de vista de Ana Isabel, se ha estado abusando del tratamiento de los opioides: "Empezaron a salir un montón de fármacos opioides de muchos laboratorios y salían con un perfil de seguridad que el resultado no era así. Los estudios que se hacen son para seis meses, pero cuando un paciente lleva tomando opioides durante años por lo menos genera dependencia física".
Además, la doctora ha comentado que esta adicción se incrementa si es un paciente con un dolor crónico que le genera una inestabilidad emocional y social.
Ana Isabel ha declarado que hay que "informar al paciente de lo que se le va a pautar. Primero seguir los escalones previos con analgésicos y antiinflamatorios, y utilizar también terapias no farmacológicas y apoyo psicológico". Si finalmente hay que recetar el opioide hay que ser "franco con el paciente". Se debe explicar que ya se han usado todas las alternativas farmacológicas y que solo queda eso, ha comenta la doctora. Sin embargo, "tiene que ser un tratamiento muy supervisado con paradas; no se puede mandar y mantenerlo, pues aparece una tolerancia".
"No tenemos nada que mida el dolor, influyen muchos aspectos subjetivos. El dolor físico y el emocional son dos caras de la misma moneda. Si tenemos un dolor físico, pero el dolor emocional aumenta, también aumentará el físico. Según los rasgos de personalidad del paciente, el dolor será más o menos intenso", ha concluido diciendo la doctora.
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