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Pegado a la capital ourensana, San Cibrao das Viñas debe su fama actual a ser una de las principales zonas industriales de Galicia. Su polígono industrial, de 1965 y el más antiguo de la comunidad autónoma, es el mayor parque industrial de la provincia, con casi cinco millones de metros cuadrados, más de 300 empresas instaladas y más de 8.000 trabajadores.

Asimismo, es sede desde 1993 de Tecnópole, el Parque Tecnolóxico de Galicia. A su poderío industrial, este municipio, vertebrado por los ríos Barbaña y Barbadás, suma numerosas muestras de patrimonio arquitectónico, tanto civil como religioso, y un extenso espacio natural (185 hectáreas), atravesado por el Barbadás y punto de partida de cuatro rutas de senderismo que permiten recorrer buena parte del municipio.

Cuenta San Cibrao das Viñas, además de con tradicional patrimonio del territorio rural gallego (cruceiros, petos de ánimas, fuentes y molinos) con varios ejemplos de pazos y casas nobles, testimonios fieles de su constante poderío económico. Destacan A Casa Soleira, del siglo XVIII, o el Pazo de Noalla, antiguamente Casa Grande dos Taboada, de 1843, con torre, capilla, hórreo y palomar.

En cuanto al patrimonio religioso, merecen una visita la Iglesia de Santo Ildefonso, del siglo XVI, de estilo renacentista con fachada plateresca, y en la parroquia de San Andrés de Rante, la iglesia parroquial, románica en su origen. En la parroquia de San Miguel de Soutopenedo, sobre una colina con vistas al concello limítrofe de Barbadás, sobresale una iglesia del siglo XII con una torre barroca de tres cuerpos y balaustrada..