Su mismo nombre, diminutivo de 'parada', delata la enorme relevancia que el Camino Francés ha tenido siempre en Paradela, en plena comarca de Sarria. De hecho, fue en el Monasterio de Santa María de Loio, que incluye una pequeña necrópolis y una capilla recién restaurada, donde se fundó la Orden de los Caballeros de Santiago para la protección de los peregrinos y del sepulcro del Apóstol entorno a los siglos IX-X.
Es un lugar de relevancia entre los peregrinos, aunque dentro de las atractivas perspectivas, debemos añadir las que ofrecen el famoso Mirador de Cortes y el algo más alejado de Cabodevila. Santa María de Castro de Rei es una iglesia-convento de importantes dimensiones. Los nueve kilómetros de ruta junto al río Loio, nos sumergen en un bosque de ribera de los más frondosos y fascinantes de Galicia y por cierto, muy fácil de transitar.
La zona de Outeiro de Barán ofrece un robledal de diez hectáreas, con algún ejemplar incluso milenario. Y la encantadora parroquia de San Facundo de Ribas do Miño, es otra preciosidad paisajística por sus viñedos y la pequeña iglesia rectoral. El célebre embalse de Belesar, resulta inquietante desde las ruinas del antiguo lugar de Santa Marta, perteneciente a la parroquia de San Facundo de Ribas do Miño. Y si al oyente le parece poco atractiva Paradela, en su parroquia de Santa María de Ferreiros se encuentra un mojón pétreo marcando el km. 100 del Camino Francés.
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