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En Clave Rural: Los elevados costes de producción

María Santos comenta toda la actualidad del campo.

El audio empezará a sonar cuando acabe el anuncio

Ya estamos listos para repasar con todos ustedes la actualidad agropecuaria de la semana. Una nueva semana tórrida que pone fin a la cuarta ola de calor del verano regalándonos unos días de alivio término y, ojalá, esas lluvias bien caídas que tanta falta hacen en el campo. Porque la sequía es hoy por hoy el mayor condicionante de nuestras cosechas, ya les venimos contando como la vendimia y el olivar van a ir temprana y muy recortadas. Y a esas dos producciones hay que unir las primeras impresiones de la recolección de la almendra que ya anticipa reducciones de cosecha en torno al 50% de las inicialmente previstas, estaríamos hablando de apenas 70.000 toneladas en esta campaña marcada por las restricciones al regadío en muchas regiones, hay que recordar que el 22% de nuestra superficie de almendro es de regadío y las primeras olas de calor, casi al comienzo de la primavera, las que afectaron al crecimiento del fruto por lo que el tamaño este año será más pequeño. A esto hay que añadir el elevadísimo coste de producción.

El mismo patrón se reproduce en otros cultivos como veremos hoy, concretamente en los frutos rojos que, pese a todo en la zona de Huelva y con la incertidumbre de si podrán regar a lo largo de la campaña mantendrán la superficie de siembre; y para los tropicales mangos y aguacates malagueños que también ven un recorte en sus producciones del 60 y el 85% respectivamente; convirtiéndose en cultivos sin presente y sin futuro. Y qué decirles de la patata, ese tubérculo que multiplica su precio por seis del campo a la mesa, algo difícil de justificar, la verdad porque mucha transformación no tiene la patata fresca pero que deja precios en origen que no cubren los costes de producción. Vamos que por lo mismo que el agricultor recibe 25 céntimos de euros ustedes y yo pagamos 1,80 euros. El alto coste que acarrea el cultivo de la patata --semilla, riego, fertilizantes, fitosanitarios-- ha retraído el interés del cultivador, pues es además una producción sometida a vaivenes importantes de precio, cuando no es especulación. Pese a lo ocurrido en el sur de España, en donde la sequía redujo la producción, la campaña avanza razonablemente bien en Castilla y León, por lo que se espera una producción de buena calidad y con rendimientos estables. Así que los productores demandan que se cumpla la ley de la cadena alimentaria y no se exprima al primer eslabón de la cadena y se sangre al último: los consumidores.

El caso es que miremos el cultivo o ganadería que miremos el problema es el mismo, costes de producción elevadísimos, sequía prolongada, costes normativos inasumibles e inabsorbibles por el mercado y competencia desleal de todo lo que entra procedente de terceros países. En cima con una Política Agraria que no retribuye el esfuerzo ecologista exigido y que se pretende desplumar de fondos para reconstruir la naturaleza y convertir Europa en un jardín y a los agricultores y ganaderos en jardineros mientras nos alimentamos de productos de terceros países que producen como quieren sin limitaciones ambientales, usando todo lo que aquí prohibimos y sin respetar derechos sociales ni las mínimas garantías de seguridad y calidad alimentaria.

Un ataque continuo al campo que cansado de agravios se dará cita el próximo 5 de septiembre en Córdoba donde se reunirá el Consejo informal de Ministros de agro de la Unión Europea para exigir un de rumbo de la política agraria para que ésta garantice la soberanía alimentaria europea que proteja la esencialidad de un sector y el tejido productivo, es decir, a los agricultores y ganaderos europeos, de forma que éstos puedan cumplir con su principal función: la seguridad alimentaria tanto en cantidad como en calidad para el conjunto de los ciudadanos españoles y europeos.

Ya ven que no vamos a tener que esperar al otoño para que se caliente el ambiente político. No, no se asusten que no vamos a tirar por esos derroteros ni vamos a hablar de besos no pedidos ni autorizados, vamos a hablar de huevos y tampoco se trata de gestos obscenos. Vamos a hablar del único alimento básico cuyo consumo ha crecido en 2023; vamos ya por los 131 huevos por persona al año en casa, casi 3 huevos a la semana. ¿Y saben quiénes son los que más huevos comen? Los navarros, los vascos y los cántabros, todo queda en el norte.

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