La renta fija fue el activo del que más se habló en 2022. Y no para bien, precisamente. Pocos años ha habido tan malos para la deuda: los bonos han dado muchas sorpresas negativas a sus poseedores. A los que compraron directamente los títulos y a los que simplemente estaban expuestos a este tipo de activos a través de los fondos de inversión de los que son partícipes.
Todo este ruido ha venido generado en parte porque se supone que la renta fija es el fuerte en el que se resguardan los inversores más conservadores, pero los movimientos en las cotizaciones y los números rojos de los últimos 18 meses han sido una fuente de disgustos. ¿Riesgo en la renta fija? ¿Grandes caídas continuadas y que se mantienen ahí durante años? ¿Queda margen para ver más descensos en este tipo de activos?
Para ayudarnos a responder a estas preguntas, esta semana, en Tu Dinero Nunca Duerme, nos acompaña Tacho Arrimadas, director comercial de Santa Lucía AM: "Quien vaya buscando protegerse de las cifras actuales de inflación (6-7%) lo va a tener complicado. Quizás podría hacerlo buscando emisores de calidad crediticia baja. Pero también es verdad que ahora la renta fija ya nos paga más que hace unos meses. Podríamos decir que se está poniendo en precio. En cualquier caso, lo importante [para el inversor en renta fija] es que el binomio calidad-riesgo esté ajustado".
Todo esto está muy relacionado con la conversación del año, la de la inflación, los precios y la respuesta de los bancos centrales: "La inflación subyacente sigue subiendo y no es fácil de doblegar. Vamos a tener inflación y vamos a tenerla durante tiempo. Por eso los bancos centrales están siendo muy serios en sus mensajes de que van a seguir controlando la inflación, subiendo tipos y manteniéndolos por más tiempo, lo que afecta a los precios de los bonos. Pero, por lanzar un mensaje optimista en cuanto a la renta fija, es verdad que ahora mismo estamos ofreciendo tipos interesantes y que tienen poco riesgo a la baja (porque los riesgos de que suban los tipos ya están metidos en precio)".
"En los últimos meses hemos defendido que el mercado confundía ganas y realidad. Hemos sido más pesimistas respecto del hecho de que nos iba a costar perder perder los últimos kilos [por la inflación]. Pero entendemos que ahora sí, desde las valoraciones actuales, hay poco margen para que siga dándonos disgustos", asegura Arrimadas.
¿Y cómo se articula una estrategia de este tipo en este contexto de mercado?: "Estamos encontrando mucho valor en la parte corta de la curva, de tres años hacia abajo. Ahora mismo en deuda pública, entendemos que todos los bonos de la zona euro están en precio, quizás con la excepción de la deuda pública italiana. En deuda no pública, vemos oportunidades en las emisiones de corto plazo (menos de tres años) y también nos gusta más los emisores financieros. También vemos rentabilidades interesantes en cédulas hipotecarias".
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