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Gestación subrogada: “Nadie quiere que su hijo nazca de una necesidad”

En España hay muchas dificultades para que una pareja homosexual pueda adoptar. Llegan al año entre 700 y 1.000 niños nacidos por gestación subrogada.

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Nataly vive en México. Hace cuatro meses dio a luz el bebé que gestó para otra pareja en un proceso de gestación subrogada. "Lo que yo siento por ese bebé, más que amor, es una responsabilidad. No podía transmitirle amor pero sí podía transmitirle que era deseado. No lo sentía como mi hijo, la verdad".

Gran parte de esa falta de apego se explica en que ese bebé no tenía la carga genética de Nataly. Era fruto del embrión entre una donante y unos padres de intención: El nombre que reciben los progenitores que recurren a este proceso.

En España esta historia aún es chocante. Pero, no es muy distinta del llamado método ROPA, por el que una pareja de mujeres sigue exactamente el mismo proceso: Una gesta el embrión formado con el óvulo de su pareja y el esperma de un donante. La diferencia es que esto es legal y se celebra en el entorno feminista y a Nataly se la juzga desde la óptica más patriarcal que existe: La de interpretar a otra mujer a través de la experiencia personal.

¿Cómo es el proceso?

La gestación subrogada es legal en varios países pero el que mejor la regula es EEUU. Cada estado tiene su propia legislación al respecto pero los 30 años que llevan practicando estos procesos, hace que ahora mismo, tengan el marco legal que más garantías ofrece en el mundo.

Las granjas de mujeres que pinta Podemos, que no se ha reunido aún ni con gestantes, ni con familias, no tienen nada que ver con lo que nos encontramos al acercarnos a este mundo desconocido. De hecho, hay una larga lista de requisitos, pruebas médicas y garantías judiciales a la que ambas partes se someten antes si quiera de poder ser candidatos a uno de estos procesos.

Requisitos para la gestante:

- Tener entre 20 y 40 años

- Haber pasado por, al menos, un parto propio sin complicaciones

- Tener al menos un hijo propio y vivir con él.

- Tener patrimonio y no recibir ninguna ayuda gubernamental.

- Estabilidad económica que acredite que no se necesita de la remuneración obtenida en el proceso para vivir

- Estar emocionalmente preparada para la subrogación y acreditarlo con los informes médicos pertinentes

- No fumar, ni consumir drogas.

- Tener carné de conducir.

- Firmar un contrato en el que se especifica que se renuncia al bebé, que se cuidará durante el embarazo y acudirá a las revisiones médicas y que no viajará fuera del país los tres mes previos al parto.

- Presentar en sede judicial un test de embarazo negativo previo a la implantación de embriones

- La prohibición de que la gestante preste sus propios óvulos al proceso. Tendrán que provenir, obligatoriamente, de una donante.

- En algunos casos, si la gestante está casada, se exigirá también el consentimiento por escrito del marido.

Requisitos para los padres:

- Someterse a los controles de salud pertinentes

- No tener antecedentes penales

- Acreditar la solvencia económica que garantice que se va a poder seguir adelante con todo el proceso

- Hacerse cargo de los gastos ocasionados por el seguro médico (la sanidad en EEUU es privada), el ginecólogo, los abogados.

- Presentar en sede judicial un testamento en el que se especifique en caso de falta de los progenitores, quién se hará cargo del bebé.

- En algunos países y estados de EEUU no se permite la subrogación a personas solteras.

La historia de Eduardo y su marido

Todo empieza con la dificultad que existe en España para que una pareja homosexual pueda optar a un proceso de adopción: "Para la nacional hay una lista de espera de 3.200 familias y el año que más adopciones ha habido ha sido 28. Puedes estar una media de 15 años esperando"

Teniendo en cuenta que la edad es un factor clave en este proceso y que la adopción internacional está condicionada a que muchos países extranjeros vetan a parejas del mismo sexo, la opción de formar una familia se desvanece.

Después de meses de información, Eduardo y su marido escogieron optar por la gestación subrogada en EEUU a través de una agencia en California: "Esta agencia la gestionan únicamente mujeres y nos dijeron dos cosas que nos gustaron: Que nosotros no somos clientes, ni mandamos y que la mujer siempre va a tener autonomía sobre su cuerpo para decidir lo que quiera", recuerda Eduardo.

Son precisamente las mujeres las que eligen la familia a la que "van a prestar su capacidad de gestar". Los padres preparan normalmente una presentación y la envían a la agencia.

Una vez que son seleccionados empieza un proceso que consta de la realización de varias pruebas médicas por ambas partes y la búsqueda de ginecólogo y de los abogados que van a redactar el contrato y aportar los documentos en sede judicial para poder luego obtener el visto bueno del consulado.

"Entre pruebas médicas y papeleos, tuvimos que esperar unos 6 meses antes de poder empezar con el proceso", explica Eduardo. Una dilación que a su vez sirve para acreditar que el proceso es deseado.

Lo mismo ocurre para las mujeres gestantes. "Todas las pruebas médicas y psicológicas las hacemos antes siquiera de poder optar a ser candidatas", cuenta Nataly. En el caso concreto de México, además, se exige que el juez sea notificado antes de la transferencia de embriones y que la mujer gestante aporte una prueba de embarazo anterior para la transparencia del proceso.

Hablemos de dinero

Una de las grandes críticas políticas es la mercantilización; el hecho de que exista una contraprestación económica.

En EEUU, un proceso de gestación subrogada puede llegar a costar 130.000 euros. De ese monto, la mayor parte se destina a gastos relacionados con la sanidad (informes médicos de ambas partes, el ginecólogo, los medicamentos para el embarazo), otra parte importante se va en la contratación de una entidad que comprueba que los seguros médicos de las dos partes están en vigor y tienen coberturas y otra parte importante se destina a los abogados. De ahí, la mujer percibe, más o menos, el equivalente a la prestación correspondiente a su baja por maternidad.

En México, el monto es algo más barato. Nataly habla claro: "Yo he recibido unos 300.000 pesos (15.000 euros) porque solo se me implantó un embrión. Si hablamos de una transferencia de varios embriones, son 360.000 pesos. Luego hay extras. Por ejemplo, si nos hacen una cesárea, son 36.000 pesos más (unos 1.900 euros) siempre y cuando sea por urgencia médica, no porque la solicitemos nosotras"

¿Qué pasa cuando nace el bebé?

Todos los procesos se llevan a cabo con supervisión judicial y por lo tanto, hay una sentencia. Una vez emitida, la Dirección General de Registro y Notariado, en virtud de una resolución que se aprobó con el Gobierno de Zapatero, da paso a la inscripción del bebé en el consulado. En el caso de EEUU, ambos progenitores figuran automáticamente como padres de ese menor, que ya puede viajar a España con todas las garantías.

Esta es una de las grandes diferencias que ofrece EEUU con respecto a otros países. En México, el proceso de registro se puede demorar hasta tres meses y sólo uno de los progenitores constaría como tal. El segundo, tiene que iniciar un proceso de adopción de ese bebé una vez que estén ya España. En otros países de la UE, ni siquiera emiten el pasaporte del menor y se obliga a realizar el viaje por carretera hasta territorio español.

La renuncia al bebé

Otra de las cuestiones que culturalmente nos cuesta más entender es el apego de la gestante. Nataly reconoce que "tenía muy claro que estaba cuidando durante 9 meses el bebé de otras personas". Ayuda el hecho de que ese niño no tuviera su carga genética puesto que, como hemos contado el principio, el embrión se forma con el óvulo de otra donante y el esperma de los futuros padres. No siempre hablamos de parejas homosexuales: "Hay mujeres que no pueden gestar y recurren a este método para poder tener un hijo con la carga genética del padre y de la madre".

Nataly recuerda que ella no sentía "suyo" el bebé: "Lo comentaba, además, con otras mujeres: Nosotras ya hemos sido mamás, ya hemos tenido a nuestros hijos. Lo último que me apetece ahora es cuidar de otro bebé", recuerda.

En eso coincidía también la gestante del bebé de Eduardo: "Ellas dejan muy claro que no quieren ser las tutoras de ese niño y exigen además, garantías para ello". Así que por si esto pudiera ser un problema a futuro, también está regulado por la ley y por las agencias, a petición de las propias mujeres. "Se hace a través de un contrato y de un testamento en el que tienes que dejar estipulado quién se va a hacer cargo del niño si tú falleces, quedas impedido, o te pasa algo"

¿Se puede mirar hacia otro lado?

Eduardo ha podido formar una familia junto a su marido gracias en gran parte a la Asociación a la que pertenece: "Son Nuestros Hijos". Llevan años luchando para que las parejas que recurren a la gestación subrogada puedan garantizar los derechos de sus hijos en España.

En su camino, hacen el trabajo que no quiere hacer el Gobierno: "Denunciamos los casos de malas praxis, redactamos sentencias, estamos dando la información que no da el Ejecutivo. Y todo ¿por qué? Porque lo primero que quiere hacer una familia cuando inicia este proceso es que su hijo no sea fruto de una necesidad económica. Nadie quiere eso para sus hijos"

A España llegan al año entre 700 y 1.000 niños nacidos por gestación subrogada. Una cifra que no es baladí y que contribuye a la contradicción que envuelve a este tema incómodo de atender: Porque mientras nuestro país considera ilegal esta práctica y se niega a regularla, sí se permite inscribir a los bebés reconociendo el derecho pleno de esos padres a los que nadie acompaña en el proceso.

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