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Cine y economía: dos clásicos ochenteros que nos enseñan a triunfar en las finanzas

Juan Manuel González y Daniel Palacios nos visitan de nuevo para hablar de películas y negocios. Este año, Armas de mujer y El secreto de mi éxito.

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En lo que ya se ha convertido en un clásico, Juan Manuel González y Daniel Palacios, nuestros Par-Impar cinéfilos, visitan cada año Economía Para Quedarte Sin Amigos. ¿Objetivo? Unir cine y economía, dos materias que tienen mucho más en común de lo que podamos pensar en un inicio. Entre otras cosas, porque algunas de las mejores escenas de la historia del séptimo arte suceden en una oficina.

Por ejemplo, esa pradera mítica de Armas de mujer, un continuo de ordenadores y cardados imposibles, en las que las secretarias de los grandes ejecutivos atendían sus llamadas y organizaban su agenda. O la torre de El secreto de mi éxito, un enorme edificio que daba a Michael J. Fox la posibilidad de cambiarse en el ascensor, para pasar de repartidor de correo a tiburón de las finanzas en unos minutos.

De todo ello hablan esta semana González y Palacios que, junto a Nuria Richart y Domingo Soriano, se preguntan si es realista el retrato del mundo de las finanzas que hace Hollywood. No podíamos debatir de otra cosa, justo en estas semanas en las que tanto se habla de las big four, de las condiciones de trabajo de sus becarios, de lo que hay que hacer para triunfar en las Cuatro Torres o de si tiene sentido que la inspección de trabajo investigue lo que allí ocurre. Porque sí, estamos ante un entorno muy competitivo, en ocasiones despiadado pero al mismo tiempo justo; en el que hay excesos, pero también personas honestas, que premian el trabajo duro y la honradez en los negocios.

Y nos preguntamos, ¿quién es el impostor? Podría parecer que es esa Tess McGill que interpreta Melanie Griffith y que se hace pasar por su jefa precisamente para evitar que aquella Katherine Parker (enorme Sigourney Weaver) le robe su idea y su mérito. Pero quizás lo sean más aquellos cretinos que tiene como compañeros al principio del film y que están más preocupados por la próxima broma que por hacer bien su trabajo.

¿Quién aporta más a su empresa? Ese recién llegado de Kansas que quiere salvarla mejorando su negocio (y mintiendo sobre su verdadero rol en la firma) o el directivo implacable que sólo se preocupa de su sueldo y su bonus, y que piensa en recortes cuando quizás debería plantearse a qué se dedica su compañía.

Es un debate eterno. ¿Qué empresas sobreviven: las que se obsesionan con los ratios financieros a corto plazo y se olvidan de su verdadero objetivo a medio y largo plazo? ¿O las que priorizan su negocio, aunque sin olvidar la contabilidad, y están dispuestas a arriesgar para hacer mejor aquello que les hizo atraer a sus clientes en un primer momento? Pues sobre todo esto, y sobre planos, diálogos y estética ochentera, hablarán nuestro cuatro podcasters esta semana.

Música

En esta ocasión, las canciones que han sonado son los dos grandes temas de la banda sonora de las dos películas que protagonizan nuestra tertulia:

  • "Let the river run" de Carly Simon
  • "The Secret Of My Success", de Night Ranger

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