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Entrevista a Miguel Ángel Silvestre por 'Sky Rojo: Temporada Final'

Arconada entrevista al actor por la 3ª y última temporada de la Sky Rojo de Netflix. El actor habla además de cómo le afectó la muerte de su padre.

El audio empezará a sonar cuando acabe el anuncio

Miguel Ángel Silvestre ha visitado Es Cine para hablar con Andrés Arconada de la tercera y última temporada de Sky Rojo, serie que desde este viernes ya está disponible en Netflix. El actor asegura que se embarcó en Sky Rojo con un personaje tan poco empático como el jefe de seguridad de un prostíbulo por "trabajar con la gente de Vancouver" que después de haber hecho La casa de papel, tanto Álex Pina como Esther Martínez "decidieron arriesgar con un formato de 20 minutos".

No obstante siempre tuvo dudas sobre cómo abordar a Moisés, y así se lo decía en sus conversaciones a Álex Pina que "siempre me decía que confiara en él". Miguel Ángel Silvestre considera que "Vancouver trata muy bien psicológicamente a los personajes dándoles arcos que empiezan en un lugar y terminan en otro, y sobre todo, enseñando las heridas de casi todos los personajes". De esta forma en esta tercera temporada podemos ver "las heridas de Moisés que se da cuenta de todas las mentiras que le han contado".

Sobre el final de la serie que termina con esta tercera temporada ha dicho que "no es que no esté de acuerdo con el final, simplemente me duele mucho la vida de Moisés, el final que ha tenido". Moisés "es el personaje más incómodo que he hecho, y así se lo dije a Álex Pina al que confesé que es como si no conociera a Moisés, no sabía en qué apoyarme". Y precisamente me dijo que "esa es la base de Moisés, que él no se conoce está totalmente desubicado. Miguel Ángel Silvestre asegura que "creo mucho en las segundas oportunidades" y por eso "me genera mucho dolor y pena ver el final que tiene en la serie Moisés".

La muerte de su padre, un punto de inflexión

Miguel Ángel Silvestre ha confesado en esRadio que "para mí la muerte de mi padre supuso muchas cosas que he tenido que digerir con el tiempo, cuando sucede algo así te hace pensar que esto se acaba, que hay una cuenta atrás y no sabemos de cuánto tiempo es".

En su profesión de actor, ha continuado, "hay mucha ambición y muchas preocupaciones, piensas en si volverás a trabajar o se quedará todo en un periodo de adolescencia y ahora con más madurez dejaré de interesar o de importar. Ves como actores de otras generaciones tienen buenos momentos una época, pero gente que consiga hacer una carrera de por vida son la excepción".

Todos esos miedos "son los que acompañan al actor, tienes que ganar dinero ahora y no puedes decir que no y seguir trabajando porque el día de mañana no sabes". Sin embargo "todo eso se desmonta en el momento que ves a un tótem de tu familia que se va". La muerte de su padre cambió su visión del trabajo, "llevo dos años trabajando y puedo decir que honestamente el resultado me importa bastante poco, también he entendido que no depende todo de mí". Por el contrario "lo que me interesa es el viaje, pasármelo bien, y para pasártelo bien tienes que dejar de exigirte a ti una perfección diaria, tienes que poner de una manera muy deportiva lo mejor de ti".

Ahora a los rodajes llega siendo consciente de que "tú tienes una única decisión, decir si quieres trabajar o no, pero a partir de ahí tú ya eres un instrumento o un color que utiliza el director, el productor y el editor para pintar un cuadro". De esta forma "llevo dos años disfrutando mucho del viaje, preocupándome menos de la perfección y preocupándome más de la cena que vamos a tener después de grabar con el equipo".

De hecho "ahora me quiero muchísimo más y soy menos exigente, me quiero con todo, también han sido necesarios unos cuantos años de terapia". Eso no quiere decir que haya perdido toda ambición o sueños, "claro que tengo sueños y quiero volver a trabajar con Almodóvar, trabajar con Amenábar, con Sorogoyen...".

Durante su carrera ha trabajado con numerosas personas, por ejemplo con las hermanas Wachowski – con quienes hizo Sense 8 – "te diría las cosas preciosas que me han transmitido o las anécdotas que me contaba Álex de la Iglesia de Sancho Gracia". De hecho tras la entrevista cogía un avión para ir a desfilar para Emporio Armani y Giorgio Armani, "voy a convivir con Giorgio Armani, una eminencia de la moda, y lo importante no es el desfile, es poder estar cerca de ese hombre".

En este sentido ha puesto como ejemplo también a Pedro Almodóvar, con quien trabajó en Los amantes pasajeros. "Cuando Pedro te empieza a contar historias y ves cómo late tanta autenticidad, como algo tan peculiar que viene de La Mancha y está hoy en el MOMA empiezas a coger confianza de todas las peculiaridades que tú puedes aportar".

Miguel Ángel está muy orgulloso de su carrera pero siente que "todavía no tengo un título trascienda para toda la vida, como La vida es bella, por ejemplo". Pero insiste en que "muchas de las series que he hecho han aportado entretenimiento, que cuando viene alguien por la calle y te dice tú no sabes, estaba en el hospital y me veía la serie y no sabes lo que significaba eso para mí". En ese momento "piensas eso ya es algo, dejar entretenimiento para muchas personas".

De esta forma ha contado en Es Cine como "el otro día en Oya, en Galicia, conocí a Matilde, una mujer que tiene 96 años que me decía que había sufrido mucho y que ahora ya sólo se quería ir". Sin embargo había una cosa que la seguía ilusionando, "verme en Velvet y por eso quería conocerme, y Matilde no quería quedar bien conmigo porque tiene 96 años".

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