Los peregrinos que hacen el Camino del Norte a Santiago de Compostela bien conocen Guitiriz, pues recalan en la capilla gótica de San Alberte del S.XIV, después de atravesar el puente medieval del mismo nombre para terminar recuperando fuerzas junto la cercana fuente, a la que se le atribuyen propiedades mágicas. Pues es buena para aquellas personas que tienen problemas con el habla.
Los bosques de robles y alisos imponen su ley, al margen del río Parga, sirviendo de refugio a los últimos lobos ibéricos, que se resisten a la extinción bebiendo las aguas medicinales que brotan de Valdobín, San Xoán de Lagostelle o Pardiñas y que hacen célebres a sus balnearios.
Guitiriz, el municipio del agua y la piedra, es considerada también como villa termal. Las fuentes de Pardiñas, Guitiriz y Parga son famosas por sus aguas medicinales; buenas para las dolencias de hígado, riñones, infecciones de la piel y trastornos digestivos.
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