La expresión “nido vacío” fue acuñada en la década de los 70 por Rose Oliver para hacer referencia al sentimiento de soledad y abandono que experimentaban algunas mujeres cuando sus hijos se marchaban de casa al hacerse mayores.
Esta semana hablamos en nuestro espacio de psicología de claves (es decir: de qué podemos hacer) para identificar, prevenir y tratar este problema.
1. Primera recomendación
Sin duda: conocer (saber qué es) el Síndrome del Nido Vacío para que seamos capaces de reconocer los síntomas en nosotros mismos, o en las personas con las que convivimos, en el caso de padecerlo.
Cuando hablamos de este Síndrome, nos referimos a los sentimientos de depresión, tristeza y dolor … que tienen los padres o cuidadores de niños que se hacen mayores y dejan el hogar familiar (para continuar sus vidas) porque se van a la universidad, empiezan su vida en pareja … o se independizan porque tienen un trabajo.
Al llegar ese momento, hay padres que experimentan sentimientos de mayor libertad y una responsabilidad más relajada, pero también hay personas (como decimos) que tienen sentimientos de pérdida, muchas veces asociada a síntomas depresivos.
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