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De aquí para allá: Castro Urdiales

Encarna Jímenez y Víctor de la Serna nos hablan de esta localidad cántabra.

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En la frontera con Vizcaya, se encuentra la villa cántabra de Castro Urdiales. Es la tercera población de la provincia con 32.000 habitantes. En verano, muchos más, por sus playas y atractivos turísticos .

Su origen es prehistórico, como muestran sus cuevas. Fue Castro pret romano y se convirtió en civitas romana en el S. I con el nombre de Flaviobriga. El puerto de los Amanos sufrió razzias normandas y godas, hasta que en los siglos XII y XIII se convirtió en el puerto cantábrico de Castilla, colaborando en la reconquista de Sevilla y Cádiz.

La Puebla Vieja es el conjunto medieval que marca el perfil de la ciudad. En ella se destacan: La Iglesia de la Asunción, gótica, de buena factura y con joyas medievales en su interior. El Castillo y faro como fortaleza que preserva el puerto antiguo, el puente medieval que lo une al paseo marítimo, de especial encanto.
El Ayuntamiento, del XVI, es de gran prestancia. Además, las casonas, palacetes y Villas de principios del S. XX, le otorgan un aspecto de gran interés.

¿Dónde comer?

Mesón Marinero. Desde hace medio siglo, el clásico de Castro, junto al Ayuntamiento y al puerto pesquero. Materia prima irreprochable para una cocina marinera tradicional, con pimientos rellenos de centollo, ensalada templada de marisco, marmita de langosta, cigalas a la sartén, merluza con almejas y cocochas, bonito con tomate y, de postre, tostadas de leche frita.

Asador El Puerto. Directo competidor del Mesón Marinero, también en el puerto y con una magnífica terraza para los días soleados de verano -que en el Cantábrico, ya se sabe, no son todos- ofrece una sencilla cocina marinera con, quizá, demasiados ingredientes de otras costas: las almejas son gallegas, las gambas y los langostinos onubenses... Pero la lubina, el rey, el mero son cantábricos y bien ricos.

Bar Javi. Es la opción sencilla, pero quizá un poco engañosa: un 'bar' de nombre, pero con bastantes ambiciones culinarias. Para comer a base de tapas y raciones poco rutinarias: croquetas de chipirones en su tinta, milhojas de manzana verde con 'foie', jamón y mermelada de tomate, ensalada de bacalao y setas estofadas, hamburguesa de cordero con queso de cabra... Original.

Beber

De aquí cerca son los vinos, casi todos blancos, de la denominación Costa de Cantabria, muy aptos para tomar con el buen pescado de Castro. Apúntense ustedes los nombres de Viña Lancina, Ribera del Asón y Casona Micaela.

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