Reinosa, capital de la comarca Campoo-Los valles, es una villa de cerca de 10.000 habitantes que alberga servicios comarcales de Cantabria y hace de nexo de unión entre Cantabria y Castilla. Su origen es medieval, incluso podrían encontrarse restos romanos y prerrománicos como algunas capillas rupestres.
Comienza a ser conocida al ser un lugar de importancia en industria y comercio en tiempos de los RRCC y Carlos I. Es un lugar frío, con abundante agua. Está atravesado por un Ebro recién nacido en Fontibre , pero que ya tiene un gran caudal que le viene de Peña Labra.
La Reinosa actual debe su configuración al S. XVIII, aunque tenga edificios de mayor antigüedad en origen.
El Puente de Carlos III sobre el Ebro marcaría una apuesta por Reinosa como enlace comercial con el norte de Europa. Al igual que el ferrocarril la haría progresar en el XIX y la industrialización en el XX.
Entre los lugares más destacados se encuentra la iglesia de S. Sebastián con gran fachada barroca del XVIII, aunque conserve restos del S. XVI e incluso románicos.
La Plaza del Ayuntamiento es sobria bien construida. También hay que destacar La Casona, La casa de la niña de oro (Oficina de turismo) o la de la Princesa (Margarita de Austria).
La calle Mayor, el Teatro Principal y los parques permiten un paseo muy recomendable. Está muy bien conectada por la autovía que va de Cantabria a Burgos y Palencia.
¿Dónde comer?
Fuentebro. El mejor restaurante de Reinosa está... en Fontibre, a 6 kms. Carmen Cuesta guisa muy bien y Javier Corral recibe amablemente en esta vieja casona de piedra y madera asomada al nacimiento del Ebro. Y no sólo es paisaje: emparedado de bonito y foie-gras con reducción de oporto, ensalada de salmón y pez espada con espuma de brécol y crujiente de centollo, bacalao al pil-pil con emulsión de tomate, chuleta de novilla de Campóo, de pastos de alta montaña. Y se acaba con la emulsión de frutos rojos con helado.
Vejo. La mesa clásica de Reinosa desde siempre es este hotel-restaurante, sin olvidar su excelente pastelería (pantortillas, tortos, mantecada, almendrados, polvorones, lazos...). El restaurante es correcto, no excelso, con una buena variedad de pescados y mariscos del Cantábrico, carne de ternera de Alto Campoo, tempura de verduras con alioli, ancas de rana, rabo de toro con patatas salteadas, 'coulant' de chocolate con helado de yogur.
Mesón Las Lanzas (en Matamorosa, a 2 kms.). Este sencillo y rústico mesón da muy bien de comer; anuncia 'cocina de alta montaña', y sus carnes rojas de Campóo son excelentes, como lo es su lechazo asado, de origen certificadamente cántabro, digno del mejor burgalés.
Beber
Vinos cántabros, claro, que como los asturianos ya han salido del anonimato: dos buenos tintos lebaniegos (Picos de Cabariezo y Cobero) y dos buenos blancos costeros (Ribera del Asón y Lancina).
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