La capital de la Vega Baja del Segura se encuentra en la provincia de Alicante lindante con Murcia. Tiene 91.000 habitantes, un gran patrimonio monumental, especialmente desde el gótico al barroco, y parte su municipio va del mar a la montaña.
Es el mayor de la provincia. Posee amplio territorio de regadío, secano y costa además de un palmeral. Es "Ciudad Real", por su importancia desde el S. XVI, sede episcopal y un punto de convivencia entre las civilizaciones mediterráneas pues hay restos con influencias fenicia, griegas, púnicas, romanas,bizantinas etc Incluso celtas buscando la sal.
Visita De la época visigoda, bizantina y musulmana queda el sustrato de sus sistemas de regadío, parte de construcciones defensivas, pero sus grandes monumentos comienzan en el S. XIV, cuando pertenece al Reino de Valencia, en la Corona de Aragón. Entre ellos destacan: La Catedral.
De estructura gótica, posee un rico patrimonio de escultura, pintura y orfebrería del S.XVI al XVIII y su propio museo. Santo Domingo. La sede dominica es una de las de mayor prestancia, su carácter educativo se mantiene actualmente como sede universitaria. Destaca por su exquisito barroco. También por su amplitud y sus detalles renacentistas y rococó. Hay numerosas iglesias, entre las que sobresalen las de Santas Justa y Rufina; Nuestra Sra. de Montserrate, Santiago Apóstol, etc. Castillo.
A pesar de su casi total destrucción en el S. XVIII; quedan restos de la Alcazaba, zona del Baño de la Reina, Torre del Homenaje y la Puerta de la Olma. De la antigua muralla se conservan restos dentro del centro de la ciudad, junto a los de edificaciones almohades . Existe un Museo de la Muralla bajo el aulario de la Universidad Miguel Hernández.
Arquitectura civil. Los palacios se prodigan en el casco histórico: El Palacio episcopal es un edificio con patio del S. XVIII; el del Conde de Pinohermoso alberga espacios culturales y una buena muestra de arte barroco; el de los Marqueses de Rubalcava también es un ejemplo de la riqueza del S. XVIII es arte y mobiliario. Alberga la oficina de turismo.
También destaca el Ayuntamiento, del marqués de Anerva; y un largo etc. También en época modernista se construyen edificios gracias al comercio y la nueva burguesía como el Casino. También merece una visita el Museo Arqueológico comarcal.
¿Dónde comer?
No se olviden: si van en Semana Santa, andarán entre procesiones y monas (gran bollo de harina, huevo, aceite y azúcar) con chocolate...
Joaquín. Fastuosa marisquería de la familia Vegara que se aprovisiona en Santa Pola, de donde proceden sus quisquillas, gambas blancas y rojas, cigalas, langostinos, langostas y calamares, pero también -un verdadero lujo- de Galicia, de donde proceden ostras, almejas, nécoras y percebes. Buenos arroces, al caldero o a banda, completan una estupenda oferta marinera. Pero también está la barra, para degustar hueva y mojama con almendras, jamón de Jabugo o alguna de sus ensaladillas Hay platos de cuchara del día muy apetecibles... y arroces, claro.
Los Hostales. En el Hotel Palacio de Tudemir (Orihuela). Muy buen menú en un comedor dedicado a la cocina autóctona y a la conventual. En su carta, caldo con 'pelotas', muslo de pollo en salsa, sopa cubierta (de fideos, menudillos, jamón y huevos duros), cazuela de pescado y, de postre, pan de Calatrava o almojábanas (fritos de harina, huevo y almíbar).
El Cicuta. ¿El bar-restaurante con el nombre menos gastronómico del mundo? Fue hace 40 años el nombre de una peña futbolística. El caso es que se come estupendamente en el establecimiento de la familia Gálvez, en la Calle Mayor. Su gran especialidad: calamares y berenjenas rellenas junto a los guisos oriolanos como arroz de los tres puñaos o el caldo con 'pelotas'. En Semana Santa es un local fundamental porque sirven estupendas monas con chocolate y además, previo encargo, elaboran los platos típicos de la Cuaresma oriolana, como el trigo 'picao', el precioso 'hartabellacos' (cazuela de patatas con bacalao, habas tiernas, guisantes y pequeños buñuelos) y guisado de albóndigas de bacalao.
Beber
Tres vinos tintos magníficos de Alicante... sin denominación de origen, porque aquí el consejo regulador parece decidido a echar a los mejores: el Celler La Muntanya 2010, de la bodega del mismo nombre en Muro de Alcoy, el Príncipe de Salinas 2009 de Felipe Gutiérrez de la Vega y el Cipreses de Usaldón 2012 de Rafael Bernabé.
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