En el Occidente asturiano es encuentra, junto al Narcea y el Navia, Cangas de Narcea, no confundir con Cangas de Onís. Es una población que esta situada entre Asturias, León y Galicia. Es un centro productor de carbón.
Dónde comer:
Blanco. Una modesta casa de comidas de la calle Mayor, por fuera. Dentro, la sorpresa agradable: la carta incluye la cocina tradicional asturiana de Engracia, la madre, y las creaciones muy actuales y originales de Pepe, el hijo. Resultado: se puede elegir entre arroz meloso de liebre con trufa y trompetas negras, arroz con pulpo y oricios, lomo de salmonete con parmentier de sus hígados, perdiz con verduras, bonito marinado, bacalao con sus callos. De postre, praliné de avellanas con crema de vainilla y granizado de manzana verde. Muy buenos vinos, encabezados por los de Alvaro Palacios en Rioja y en Priorato.
Sidrería Narcea. Grande, ruidosa, cocina sencilla y asequible con buena materia prima a precios moderados. Así que ya saben; quesos asturianos (cabrales, gamoneu), carnes rojas a la piedra, cachopos como sábanas, fabada, pote de berza... Y no sólo sirven sidra, sino también el buen vino local. La tarta de queso con arándanos es casera.
Parador del Monasterio de Corias (a 2 kms.) 'El Escorial asturiano' monumento nacional, es hoy también el mayor parador de todos y contiene una pequeña que elabora algunos de los mejores vinos del Narcea. En sus sótanos, museo con restos arqueológicos de la primera construcción, de principios de siglo XI. La cocina es regional, con el lomo de ternera con salsa de vinto tinto del Monasterio y patatines como plato estrella, y también fabada con su compango de Cangas, crujiente de morcilla y, hasta el 20 de marzo un menú especial de invierno sin gluten que incluye crema de calabaza, jamón ibérico, queso asturiano, menestra de verduras naturales, un plato principal a elegir entre lomo de merluza con setas a la parrilla o lomo de ternera asado con patatas panadera, para terminar con flan natural artesano con brocheta de frutas.
Beber
También en el Occidente de Asturias están las últimas viñas asturianas, que hoy se rescatan con vinos de castas autóctonas como el albarín, el carrasquín y el verdejo negro, que en realidad es la francesa trousseau, llegada desde el Jura, quizá por el camino de Santiago. Vamos a recomendar un blanco, el Escolinas Albarín Blanco Sobre Lías 2013, y dos tintos, el Castro de Limés Carrasquín 2012 y el Corias Guilfa 2011, hecho con carrasquín y verdejo negro.
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