"Si uno pensara mal de Gallardón llegaría a la conclusión de que quizás se está vengando de Juan Carlos, el que fue Rey, por no haberle dejado ser el marqués de Villaverde de la nueva situación. Pero no entremos en el capítulo puramente personal, aunque todo es personal cuando se habla de un Rey y no digamos de una persona y de un personaje como Gallardón.
¿Qué ha conseguido Gallardón? Que el aforamiento del Rey se haya convertido en la derrota parlamentaria más notable de la monarquía, que ni siquiera el PSOE lo haya acompañado, que no ha sido capaz de negociar, que no ha hecho absolutamente nada excepto todo lo que ha hecho desde la abdicación, que es meter la pata hasta el corvejón, eso sí, con esa fatuidad orgullosa que caracteriza al personaje.
¿Qué va a pasar ahora con el aforamiento? Que durará hasta las elecciones generales, porque, claro, una cosa que votas porque tienes la mayoría absoluta con tus votos y dos diputados más amigos o caritativos, cambia la mayoría y lo mismo que lo has hecho te lo revocan. ¿Y qué va a pasar entonces con las demandas de paternidad? ¿Y con los líos financieros? ¿Y con las denuncias económicas que puede haber? ¿Y con las urdangarinadas que cuelgan? ¿Y con las complicidades?
Estas cosas si se hacen, se hacen bien, y si no, no se hacen. Pero claro, la idea de que este gobierno haga bien algo me parece que tenemos que descartarla. El rey Juan Carlos tiene aforamiento aproximadamente unos 15 meses, a partir de ahí, se va a enterar de los méritos de Gallardón".
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