Loquillo es un hombre polifacético. "Cuando termino una cosa estoy en otra, me gusta aprender, un tema me lleva a otro. No me gusta aburrirme de mi mismo".
"Me fui de manera oficial hace tres años por la polémica absurda de cómo cantas y en qué idioma lo haces, o qué escribes y en qué idioma lo haces", explicó Loquillo.
Emocionado, contó lo que supuso para él la exclusión de escritores de la talla de Eduardo Mendoza o Juan Marsé de la feria de Frankfurt por no escribir en catalán. "Son señas de identidad de Barcelona, de Cataluña y se despreciaba todo eso. Entonces dije: no voy a discutir más, para qué voy a estar aquí".
Para Loquillo lo que está pasando, periodistas y escritores dejando Cataluña, "es muy duro ver eso y cómo se excluye. Se puede utilizar políticamente y no quería que me utilizase nadie, me sabe muy mal, no lo entiendo. A nivel cultural es terrible. No se puede despreciar una cultura. Esa gente no merece representar a Cataluña".
Al ver lo que estaba sucediendo, Loquillo se marchó a vivir a San Sebastián. "¿Aquí me voy a ganar la vida? No, ¿verdad? Pues adiós muy buenas".