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El ex ministro y ex militante del PP, Francisco Álvarez Cascos, ha estado en Es la Noche de César hablando de su salida del partido y de su futuro. Sobre su decisión, frustrada, de volver a la primera línea del PP, indicó que él no la tomó sino que se limitó a decir "estoy disponible" a quienes reclamaban su regreso. Él, dijo, cree en el "modelo de elegir a los mejores" y el precio de esa disponibilidad demostrada a quienes se lo pidieron ha sido, añadió, una campaña "de descalificaciones, de menosprecios y de insultos", lo que le llevó a pedir amparo al PP sin éxito.
Cascos dijo no recordar "en la historia de un partido un caso semejante de conductas como éstas" sin recibir sanción alguna. Y contrastó lo que está ocurriendo con lo que pasaba en su día con Aznar. "Con Aznar, el debate interno estaba garantizado", dijo. Y añadió que el ex presidente del Gobierno "no habría tolerado unos insultos como los que yo he recibido estos días".
Preguntado por César por las críticas que ha recibido por lanzar un mensaje que muchos han entendido en clave nacionalista, Cascos evocó a Jovellanos, del que, destacó, hablaba "en la Sociedad Patriótica de Amigos del País de Asturias". "Si hablar y recordar a Jovellanos y utilizar el término país es colocarme bajo la sospecha de peligroso nacionalista... está claro que lo voy a seguir haciendo", manifestó.
Cascos no quiso desvelar si encabezará o no un proyecto político. Sí dijo que está dispuesto a "participar en una alternativa política que defienda defender el orgullo de ser asturiano, que es el principal sentimiento que afecta a los asturianos". En su opinión, "es un error dejar sin cauce de representación las aspiraciones de los ciudadanos" y manifestó, citando la encuesta de El Mundo, que es posible plantearse "seriamente" la posibilidad "de afrontar ese reto".
Preguntado sobre si tras una hipotética victoria en Asturias podría a llegar a pactar con su ex partido, Cascos lanzó un mensaje: "En cualquier circunstancia, esté yo donde esté, si a Rajoy para ser presidente le faltara un solo voto que fuera el de Cascos, lo tendría incondicionalmente. Lo que no tendría incondicionalmente es mi silencio". Apuntó que lo único que quiere seguir preservando es su silencio. "El valor de mi palabra es lo único que quiero seguir preservando, pero el valor de un voto lo tiene incondicionalmente", insistió.
Al contestar sobre si podría regresar al que fue su partido, Cascos evocó a Churchill, que "cruzó dos veces la Cámara de los Comunes". El ex ministro dejó caer que él no lo haría: "Para cambiar dos veces de partido hay que tener imaginación".