Beatriz Cortázar, Carmen Jara, Carlos Pérez Gimeno y Alaska han lanzado sus hipótesis sobre la ausencia de saludo público entre Jaime de Marichalar y la Reina Sofía en un acto de la Hispanics Society en Nueva York. Las revistas cuentan que evitaron aparecer juntos ante las cámaras aunque ambos estaban allí.
Pérez Gimeno cree que "sí se saludaron, aunque fuera de manera un tanto solapada. Eso luego iba a tener repercusión en prensa y no está la Casa Real para eso, después del libro de Mario Conde". Alaska apuntó que un "beso de Judas" evitaría "posibles explicaciones". "Un 'buenas tardes' y no hay más que hablar", dijo. Beatriz Cortázar, mientras, criticó que no aparecieran juntos: "El valor de la foto sí importa. Doy por hecho que se saludaron, pero evitar en una gala el saludo público dice mucho". "Me parece bastante llamativo", dijo Cortázar, "marca la distancia" entre ellos.
La periodista también explicó que Marichalar sí sabía que estaría la Reina, puesto que iba a presidir el acto, pero que lo más probable es que ella no supiera que iba a estar su ex yerno, invitado en calidad de amigo del presidente de Mango, uno de los premiados. Para Federico, no habría pasado "nada" si se hubieran saludado en público. "Los hijos de él son los nietos de ella", recordó.
Los tertulianos también hablaron del próximo acto que van a compartir Latoya Jackson y la duquesa de Alba y, por supuesto, del supuesto aumento de pecho de Sara Carbonero. Según Alaska, si las cantidades del implante son las que se dicen, unos 250 gramos, "no lo vamos a saber nunca". Cortázar indicó que sus fuentes, de Diez Minutos, le hablan de una cuestión "no tanto de aumento como de arreglo".
Alaska comentó que es algo que en realidad se hace cuando ya has estado embarazada. Pero Federico piensa que la posibilidad de tener niños aún no está en el aire. "Están en el mejor momento", apuntó en alusión a la pareja. En su opinión, lo que le falta a Sara son kilos, igual que a la princesa Letizia, que aparece en las revistas feliz en el concierto de Shakira. Según Cortázar, Letizia ya no tendrá problemas con el pecho puesto que "un año antes de conocer a don Felipe ya se había retocado".