El escritor Fernando Sánchez Dragó se encuentra en Japón, siguiendo los últimas novedades en torno a la central de Fukushima y a la situación de los japoneses tras el desastre. En Es la mañana de Federico ha contado que se encuentra en Kyoto, junto a su esposa y sus gatos, muy pendiente de lo que ocurre en la zona más afectada del país: "La gente está huyendo de Tokio, están viniendo hacia aquí, porque allí no queda comida ni agua" ha explicado "en los supermercados están los anaqueles vacíos". Lo cual, ha llevado al escritor a plantearse "cargar el coche de vituallas e irnos hacia Tokio" para llevarles a sus conocidos algo que les permita susbsitir.
Aún así, Dragó ha explicado que "el gran problema son los niveles de radioactividad, ayer estaba en 0,8 y hoy desciende a 0,1 por el viento" lo cual, unido a las "réplicas del terremoto constantemente" dibujan una situación bastante caótica."El de ayer mismo era impresionante, porque los edificios temblaban" contó a esRadio
Además, ha confirmado la "confusión informativa" en la que están inmersos los medios internacionales, que es "mucho más alarmista que la japonesa". A juicio del escritor, la verdad está " en un término medio" entre ambas versiones.
Lo que sí es unánime entre la población japonesa es que "la gente está indignada con el jefe de gobierno, aunque tal y como es su carácter, no lo manifiestan de forma furibunda". El motivo, según desgranó Dragó es que "engaña a la gente, dice una cosa quitándole hierro, y media hora después los acontecimientos le contradicen" explicó, aunque "el gobierno ya estaba caído antes del terremoto".
Dragó considera que al margen del alarmismo, hay un escenario que sí puede resultar verdaderamente terrorífico: "Si estalla el reactor, la situación puede ser apocalíptica. Y esto podría suceder". Según ha podido saber el escritor y periodista "la única manera de enfriar ese reactor es lo que están haciendo ahora, los helicópteros tirando agua, pero han tardado mucho en poder hacerlo porque la radioactividad se lo impedía" y ahora resulta necesario "un mecanismo de refrigeración adicional que tenía que venir de EEUU por barco".
Por lo tanto, a su juicio, "la inquietud está justificada, porque no sabemos lo que pasa, que llegue o no llegue la radioactividad depende de la lluvia y el viento" aclaró. Lo cual, deja a todo el país "en manos de ese viento divino" porque, la región de Kanto "está habitada por 42 millones de personas, es materialmente imposible evacuar la zona". Naoko, la esposa de Dragó, apuntó también que al caos se suman los 5 millones de refugiados que ya hay en Japón, un verdadero drama humanitario.
Sobre los planes inmediatos de la pareja, Sánchez Dragó se mostró titubeante en la posibilidad de acudir a Tokio: "los periodistas una buena historia nos motiva extraordinariamente" aunque es consciente que el peligro que entraña, según dijo. "Me ha dado mala espina que saquen de aquí al emperador" confesó el escritor, que espera regresar a España, a Soria concretamente, a finales de este mes. "Si es que es posible", puntalizó.