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"El pacto Hitler-Stalin hizo que Franco se mantuviera neutral en la IIGM"

Federico y César Vidal han analizado en Breve historia... la política exterior de Franco durante los últimos meses de la Guerra Civil española y durante la Segunda Guerra Mundial. Jorge Alcalde nos recuerda con qué medios de transporte contaban los españoles de la posguerra como los coches de gasógeno. 

Federico Jiménez Losantos y César Vidal han repasado en Breve historia de España la política internacional de Franco en los primeros años de la dictadura. Vidal ha explicado que Franco tenía 4 metas en cuanto a política exterior: pagar las deudas (aceptó las contraídas por el Frente Popular salvo las de la Unión Soviética, ya que pedía que devolviesen el oro del Banco de España), acercarse al Vaticano, evitar el avance del comunismo y evitar inmiscuirse en un conflicto bélico mundial.

De esa forma, Franco firma el 18 de mayo del 39, sin que hubiera terminado la guerra civil, "un tratado de amistad con Portugal que incluía que no se podía usar el territorio de España para invadir Portugal ni viceversa. Así se conjuraba un ataque de Gran Bretaña, el enemigo secular de España y amigo secular de Portugal", ha subrayado Vidal.

César ha continuado relatando los pactos que firmó Franco: "el 7 de abril del 39 publica la adhesión al Pacto Antikomintern (en el que estaban Alemania, Japón, Italia...) que tenía como objetivo evitar la expansión del comunismo y el 8 de abril, Franco renuncia al puesto de la Sociedad de Naciones para acercarse a las potencias del eje. Sin embargo, el 19 y 20 de agosto Hitler pacta con Stalin,algo que desorientó a Franco que veía que ese acuerdo "va a suponer la extensión del comunismo".

"Franco reacciona intentado salir del embrollo, así el 4 de septiembre promulga un decreto donde exige la neutralidad más estricta a todos los funcionarios españoles". De esa forma, a ambos bandos se les permite comerciar con España. César ha recordado que "era gracioso ver en el puerto de Cádiz naves alemanas, británicas, francesas, italianas... costado con costado".

El director de Es la noche de César, ha asegurado que "la política exterior de Franco va a quedar muy influenciada por Camilo Barcia Trelles y su libro Puntos cardinales de la política internacional de España". La guía de Barcia establece 3 ejes para la política exterior española: "la amistad con los países hispanoamericanos y árabes, marcar distancias con el III Reich y buscar la ayuda de EEUU, porque son una potencia, lo van a ser aún más en el futuro y porque si estamos con ellos nos liberamos de la influencia de Francia y Gran Bretaña que ha sido nefasta".

Sobre la escasa participación de España en la Segunda Guerra Mundial, César nos ha recomendado "libro lamentablemente descatalogado pero que es el que mejor recoge lo que fue la división azul":

Federico ha querido contextualizar la época con una canción de María Teresa Valcárcel, de la película Los últimos de Filipinas.

El transporte de la época

Jorge Alcalde se ha encargado de explicarnos qué medios de transporte utilizaban los españoles de la posguerra. "Había ferrocarriles pero eran impuntuales, incómodos y no contaban con las últimas novedades tecnológicas". En 1941 "nace lo que luego sería Renfe de la fusión de las 4 ó 5 compañías privadas que había, que tenían incompatibilidades en cuanto a anchos de vía".

No obstante, "en 1942 empiezan a producirse los primeros experimentos tecnológicos, las primeras experiencias con el TALGO (Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol)". En la España de la posguerra había un medio de transporte llamado Trolebus, "un híbrido entre un autobús y un tranvía, ya que tomaba su energía de catenarias", objeto "donde quería colgar Magdalena Álvarez a Esperanza Aguirre", ha recordado Federico.

El director de la revista Quo ha dicho que "el primero se construyó en 1940 en Bilbao, luego en Villa de Vallecas, en Madrid". En cuanto a los coches no estábamos mejor. Así Alcalde recuerda que "en 1939 había 132.000 coches en toda España, que no estaban a la vanguardia".

Lo curioso es con qué se movían los coches de la época, "ya que la gasolina no entraba con facilidad". Lo hacían con gasógeno, mediante motores de combustión. "El gasógeno era quemar leña, hacer una combustión incompleta que generara monóxido de carbono que era el que permitía moverse al coche". 

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