Ya, tourigal. Pero el derecho del menor es un derecho sustantivo, sin más; en tanto que los adoptantes necesitan de un derecho adjetivo que de satisfacción a sus ganas de adoptar. Porque, en caso contrario, no habría niños suficientes para satisfacer las ganas de adoptar de una determinada clase de individuos: los pederastas, por ejemplo.
Lo de la adopción internacional es un desastre, ya que el país extranjero pone determinadas condiciones al adoptante (condiciones que ni soñando las tienen los oriundos del país): nivel de rentas, propiedades, seguridad laboral, años de matrimonio estable...
Todo esto no sería necesario si se hicieran unas buenas leyes que promocionaran la adopción en España, por ejemplo como alternativa remunerada (sí, sí, remunerada) al aborto. (En Madrid, se da en adopción un niño a la semana, mientras se practican 500 abortos semanales).
Lo digo de primera mano porque mis 2 hijos mayores son adoptados, concretamente de Cabo Verde. Es el único sitio donde mi marido y yo pudimos adoptar dadas nuestras características. Nos gastamos una millonada (a base de préstamos) en viajes y estancias en Cabo Verde. Tuvimos que ir 3 veces, y cada vez nos salió por unos 6000 euros (te avisan de que tienes que ir casi de un día para otro). Como somos jóvenes, podíamos adoptar recién nacidos, pero, no obstante, nos asignaron a una niña de 1 año y medio cuyo hermano, de 5, debía quedarse allí. Al final adoptamos a los dos y, a base de mucho tiempo, esfuerzo, cariño y paciencia, conseguimos que el niño mayor se adaptara. Ahora es un crack del rugby, saca sobresalientes en el cole y es muy buen chaval. Tres años después, mañana hace 5 meses, tuvimos un hijo bioĺogico, de manera totalmente inesperada. Mi hijo mayor se ha volcado con su hermano bebé. Da gusto ver cómo se preocupa por su hermanito, le pone una sábana si se destapa, le cambia los pañales, me ayuda a bañarle, le elige la ropa, etc. Sin embargo, mi hija de 4 años tiene unos celos tremendos y está insoportable, y eso que ella sigue siendo la única niña. O sea, lo que puede pasar en cualquier familia biológica.
Qué va a pasar dentro de 15 años? No lo sé, pero, sinceramente, creo que lo que mis niños sean no dependerá de su origen, sino de lo que se hayan currado ellos y nosotros (sus padres). Y no todo es el dinero, para adoptar niños extranjeros algo creciditos hace falta disponer de tiempo y de cierta preparación.
alpairo lo que dices como teoría esta muy bien pero si no existiesen personas con ganas de adoptar el derecho de los menores a ser adoptados sería humo. Es lo mismo que lo que dice nuestra Constitución que todo español tiene derecho a un trabajo y a una vivienda dignos. Además e insisto, el problema que se comenta no es específico de la adopción sino general entre padres e hijos -tanto biológicos como adoptados- y obedece a causas múltiples y complejas en las que en muchos casos los padres poco o nada han podido influir.
Hay algo que mucha gente no llega a comprender: no existe un derecho a adoptar, sino el derecho de un menor a ser adoptado. De ahí que esté de acuerdo con quecosas cuando dice que el objeto de una adopción no es la necesidad de satisfacer una necesidad propia, sino una ajena: la del adoptado.
Para quecosas
Creo que simplificas y haces un comentario erróneo del tema y además parece que se desprende del mismo que la culpa es de Rocío y Ortega Cano y por extensión de todos aquellos que de buena fe proceden a adoptar menores. Aún en el caso de que fuese cierto lo de "hijos de segunda" -que yo no creo- ambos niños han tenido una educación y una vida que ni siquiera podrían soñar en su país de origen y si hubiese que analizar fríamente el asunto podría decirse que son unos desagradecidos. El asunto es mucho mas simple y a la vez complejo y -como digo en mi primer comentario- afecta lo mismo a los padres biológicos como a los adoptantes y es que cada persona es diferente y en muchas ocasiones los padres ven como sus hijos se comportan inadecuadamente sin comprender los motivos. Aunque la educación y las Leyes al respecto influyen -las actuales creo que son una mi...rda- si alguien quiere salir torcido saldrá. Todos conocemos familias de varios hijos en las que uno de ellos es una verdadera calamidad y los demás son unos chicos excelentes, cosa que es totalmente ilógica teniendo en cuenta que todos han tenido los mismos padres y la misma educación.
Quizá esto debería servir para hacer entender a más de uno que la adopción es un tema muy serio, sobre todo en los casos de adopción internacional, y sobre todo cuando los niños no son adoptados de bebés ni de muy pequeñitos.
Adoptar a un niño no es abrir un catálogo, escoger el más mono, o "la parejita", o el rubito, negrito o chinito, o el que más se adapta, aparentemente, a nuestros gustos, edad y necesidades. Adoptar a un niño supone convertirle en hijo a todos los efectos, tanto legales como sentimentales, y convertirse en padres de verdad. No se adopta un niño para satisfacer caprichos, ni por cumplir ciclos vitales, ni por "hacer un bien" o "una obra de caridad", porque entonces, la cosa tiene todas las papeletas para acabar fatal.
En este caso, Ortega Cano tenía muchas ganas de ser padre, y Rocío ya tenía hija y nietos. No eran jóvenes, así que tuvieron que adoptar niños ya creciditos.
Sacar a un niño de su país y su ambiente requiere mucho amor, mucho sacrificio y mucha implicación. El dinero, en estos casos, no es lo más importante. Y estos dos chiquillos han dado siempre la sensación de ser "hijos de segunda", como los típicos parientes pobres "prohijados" de la posguerra. Así que no me sorprende que den problemas, que sean conflictivos, se busquen parejas no muy adecuadas... De aquellos polvos vinieron estos lodos.
Dada la sociedad en que vivimos el problema que tiene Ortega Cano es el mismo que el de muchos miles de padres con sus hijos, tanto biológicos como adoptados, y creo que las Leyes actuales no hacen sino que empeorar tales situaciones.
Desgraciadamente, no simplifico, Tourigal
En el testamento de Rocío Jurado, no se daba ni de lejos el mismo tratamiento a "Rociíto" que a estos dos niños.
En todos los reportajes de la Jurado y sus niños, se percibía claramente una relación no excesivamente cariñosa. Desde luego, no la de una madre tierna con sus hijos. Los pobres chiquillos parecían estar como de prestado siempre, no se percibía naturalidad en esa relación. Con Ortega Cano se les veía un poco más "integrados", pero, desde luego, nunca daban la sensación de ser una familia.
Cosa que no ocurre en los casos de otros personajes públicos con hijos adoptivos: uno ve las fotos, y las actitudes, y está viendo una familia, no unos pobrecitos con cara de "prohijados". Y no tiene esto nada que ver con que los niños sean de distinta etnia o raza, es un problema de actitud.
Divara ha dado en el clavo: en los casos de adopción de niños de cierta edad, es fundamental la dedicación, la paciencia, el cariño y el tesón de los padres. Conozco casos bien cercanos de niños adoptados con 5 años, que llegaban hablando otro idioma, con otras costumbres... Hoy, gracias al amor de esos padres, o de esa madre que adoptó sola, son niños felices y alegres, buenos estudiantes, deportistas...
No da la impresión de que en este caso haya pasado lo mismo. Ni su estilo de vida, ni sus profesiones son las más adecuadas para dedicar demasiado tiempo a los hijos. No todo es dinero en esta vida, no todo consiste en comprarles ropa cara, juguetes de último modelo, ni en llevarles a exclusivísimos internados o colegios "pijos". Y menos, en los casos en que uno se encuentra con hijos difíciles o problemáticos, sean biológicos o adoptivos.
De hecho, ya Rociíto dio que hablar en su día...