Uno de los disidentes es el compositor y cantante Paco Ortega que ha pasado por En Casa de Herrero donde ha explicado la forma poco democrática que tiene la SGAE de celebrar sus asambleas. Ortega ha contado que los días previos la sociedad manda una legión de mensajeros a las casas de los socios con la convocatoria y una nota que firman los que no van a asistir, la mayoría, para delegar el voto a quien la directiva crea oportuno.
O dicho en otras palabras, un cheque en blanco para que la dirección de la SGAE pueda seguir haciendo y deshaciendo a su antojo. "Ellos te vienen a decir, como sabemos que estás muy liado, no te preocupes, mándanos la delegación de voto que ya lo hacemos nosotros".
Sin embargo, Ortega se ha postulado en contra de estas prácticas que ha calificado de poco democráticas. El compositor considera que Teddy Bautista, presidente de la SGAE, "ha conseguido la demonización de sociedad por parte de la ciudadanía con las prácticas de los últimos años". Ortega ha asegurado que sus dudas con el actual equipo directivo surgió "cuando se pusieron a adquirir teatros, a hacer estudios de grabación (el más grande de Europa)..."
La SGAE ha adquirido recientemente los teatros Lope de Vega y Coliseum, los dos más grandes de la Gran Vía madrileña. En el caso del segundo, no sólo el espacio escénico sino también todos los apartamentos que alberga el edificio. Ortega ha apuntado además que la sociedad de autores "cuenta con teatros en Buenos Aires entre otros sitios del mundo". En total la SGAE posee en el mundo "más de 14 teatros".
Silenciar a los críticos
Ortega ha manifestado que "tras pensarlo mucho" ha decidido acudir mañana finalmente a la Asamblea General. "El problema que cuenta con un orden del día cerrado en el que no te dejan intervenir en ningún momento hasta el final", ha denunciado en esRadio. Después de tantas horas de reunión, proseguía, "la gente ya está abandonando el salón y es el momento que aprovechan los que critican sin argumentos y con insultos". De esa forma, los críticos quedan relegados a un tercer o cuarto plano y totalmente desfigurados. Eso sí, siempre y cuando la dirección de la SGAE les permita asistir.