En una entrevista En Casa de Herrero, María San Gil ha hablado de su libro, En la mitad de mi vida, y de cómo ve al Partido Popular tres años después de que abandonara la presidencia del PP vasco. Criticó su "política pop" y un cambio de rumbo que ella vio "antes de que se dieran cuenta". Para ella, "el PP se ha puesto de perfil en un tema que" para ella "es esencial", en alusión a ETA. "A Rajoy, este tema le podría haber llevado más de un minuto en la campaña", apuntó.
El motivo, para San Gil, es que "es muy incómodo estar todo el día levantando la voz" y poniendo al Gobierno frente al espejo de la negociación" con ETA. Eso es, explicó, "ser antipáticos y no políticamente correctos". "Y algunos piensan que hay que estar en política para caer bien", añadió San Gil, cuando "los resultados demuestran" que te pueden "dejar de votar hasta los tuyos".
Pese a su marcha, para San Gil el sacrificio "ha valido la pena". "He sido muy feliz haciendo lo que hacía" y "afortunada por poder defender" aquello en lo que creía. "Poder decir que lo intenté produce un enorme orgullo personal", apuntó San Gil, que recordó que "donde estamos ahora" ya no es culpa suya.
Preguntada por Herrero sobre si saludaría al ex alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, contó que entre ellos hay "afecto" pese a estar en "las antípodas" en lo político". Dijo que le envió un mensaje el lunes siguiente a su salida del poder, deseándole que fuera tan feliz como ella fuera de la política. "Me dio cierta pena", contó.
También dijo que a Antonio Basagoiti, su sustituto al frente del PP vasco, le saludaría, mientras que hacia Iñaki Oyarzabal, secretario general de su partido, siente "una indiferencia absoluta". "No me genera ningún sentimiento", dijo.
La ex dirigente popular también mostró su esperanza de que "el PP vuelva a ser el PP" porque "en una comunidad tan complicada como el País Vasco hay que defender el proyecto de una forma gallarda". "No podemos pedir perdón por existir, el nacionalismo intenta achicar espacios" y hay que ganar terreno "de una forma mucho más contundente", manifestó.
En su obra, en la que repasa los momentos más importantes de su vida, recuerda las circunstancias de su salida de la política, aunque prefiere no dar nombres ni entrar en críticas personales. Hubo quien le llamó incluso "loca". El motivo, según San Gil, en que en España "no estamos acostumbrados a que la gente dimita de sus cargos". "Había que buscar argumentos rebuscados, cinco patas al gato a una posición de honradez personal. Y tuvieron que decir que me estaba volviendo loca porque tomaba una pastilla que tomamos todos los que hemos tenido cáncer. Esa es la mezquindad de algunas personas", dijo.
San Gil insistió en rechazar entrar en acusaciones concretas porque no gana nada y ella no tiene "ni odio ni rencor". "He tenido una vida fantástica", dijo. Sobre una hipotética vuelta a la política si las cosas cambiaran, rechazó dar una "respuesta-ficción". Sí dijo que lo que espera, por el futuro de sus hijos, es que "recuperen el rumbo". "Si ahora, treinta años después, no conseguimos consolidar un proyecto, algo se está haciendo mal", reiteró.