
Más de un centenar de personas han salido a la calle en Chisinau, la capital de Moldavia, para protestar contra un proyecto de ley aprobado por el Parlamento del país que busca cambiar el nombre oficial de la lengua moldava por el de "rumano".
Los manifestantes, que son a su vez partidarios del Bloque de Comunistas y Socialistas (BCS), se han congregado frente al Tribunal Constitucional para rechazar que "el idioma rumano" remplace al "idioma moldavo" en toda la legislación de Moldavia, incluida la Constitución.
"Están atacando algo que es sagrado para todos los moldavos en este país. Están tratando de meternos en la garganta algo diferente a lo que está en la Constitución", ha expresado su descontento el socialista Vasile Bolea, asegurando que es una agresión contra "la lengua de las madres y de los abuelos".
Por su parte, el líder comunista Vladimir Voronin, ha calificado de "manipulaciones con el idioma" el proyecto de ley --aún en trámite-- presentado por la formación liberal Partido Acción y Solidaridad (PAS), mientras que ha asegurado que es una medida innecesaria.
En respuesta a las protestas, la presidenta de la Comisión Jurídica de Nombramientos e Inmunidades, Olesea Stamate, ha recordado que el Tribunal Supremo presentó su posición en 2013 con respecto al idioma que se habla en la República de Moldavia. Luego, a través de una sentencia, el Tribunal Constitucional decidió que el idioma oficial es el rumano y no el moldavo.