La salud mental está influida por muchos factores, como la predisposición genética, el origen socioeconómico, las experiencias infantiles adversas, las afecciones crónicas o el abuso de alcohol o drogas.
Por lo tanto, la salud mental y el bienestar son cuestiones interrelacionadas que se ven afectadas por políticas y acciones en una serie de sectores, como la educación, la salud, el empleo, la inclusión social y las actuaciones para luchar contra la pobreza. Esta relación es recíproca: sin una prevención, un apoyo y un tratamiento adecuados en materia de salud mental, se incrementan los riesgos de una peor educación o de desempleo.
Ser una persona mentalmente sana significa ser capaz de autorrealizarse, sentirse cómodo cuando se establecen relaciones con otras personas, contribuir a la vida en la comunidad y ser productivo en el trabajo. Una persona mentalmente sana también es capaz de superar las tensiones normales, las penas y los reveses a lo largo de la vida.
La pandemia ha agravado la situación al provocar miedo, crear aislamiento e inseguridad y causar la pérdida de estabilidad e ingresos, y por la pérdida de seres queridos.
El informe Health at a Glance Europe 2020 señaló que la pandemia de COVID-19 y la posterior crisis económica supusieron una carga cada vez mayor para el bienestar mental de los ciudadanos, y existen pruebas de mayores niveles de estrés, ansiedad y depresión. Se considera que los jóvenes y los grupos con menores recursos corren un mayor riesgo. Las perturbaciones en la atención sanitaria de las personas con trastornos de salud mental preexistentes constituyen una parte significativa del impacto negativo que la pandemia ha tenido en la salud mental.
La Comisión Europea se ha dedicado desde hace tiempo a mejorar la salud mental de la población, lo que puede observarse con una visión general de las actividades pasadas.
La actuación de la Comisión en relación con las enfermedades no transmisibles y la salud mental se basa en marcos políticos internacionales, en particular los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y los nueve objetivos voluntarios mundiales establecidos por la Organización Mundial de la Salud sobre Enfermedades No Transmisibles. Los esfuerzos de la Comisión se centran en apoyar y complementar las políticas de los países de la UE.