Varios países han rechazado medidas que entren en conflicto con el mercado del gas y la electricidad, al tiempo que se han opuesto a reforzar ad hoc que ha exigido España. Aemania, Holanda y varias naciones más del centro y el norte europeo se oponen de esta forma a España en esta postura que defiende el presidente Pedro Sánchez, quien ha reconocido que los avances en Europa llevan ritmos diferentes.
España busca una revolución en el sistema, que Europa se meta de lleno y cambie el funcionamiento del mercado, quiere disociar el precio del gas del mix energético y quiere una compra y almacenaje conjunto de gas, pero sabe que el resto de socios no le siguen el ritmo.
En la última cumbre europea, Pedro Sánchez no ha logrado muchos avances significativos, pero al menos la electricidad ya es una cuestión europea que se ha debatido en el máximo nivel con los líderes de los estados miembros.