La Unión Europea ha blindado a Pfizer y Moderna ante la responsabilidad por potenciales efectos secundarios derivados de la administración de su vacuna. Si estos se produjeran, correspondería a los estados miembros hacerse cargo de las indemnizaciones correspondientes.
La vacuna de ARN mensajero desarrollada y fabricada por Pfizer se ha convertido en la gran esperanza de la Unión Europea. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha destacado que el suero ha probado su valía y la empresa su fiabilidad y ha anunciado la apertura de negociaciones para firmar un nuevo contrato, el tercero, para la adquisición de 1.800 millones de dosis para 2022-2023. Mientras tanto, la empresa adelantará al segundo trimestre el envío de una nueva remesa de 50 millones de dosis lo que permitirá a la UE suplir la paralización en el suministro de la vacuna de Janssen por los casos de trombos detectados en Estados Unidos.
Desde la Comisión se respira optimismo, después de que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) haya avalado la vacuna diseñada por Janssen. Y es que la vacuna de Johnson & Johnson es una pieza fundamental para cumplir el objetivo de la Unión Europea: tener vacunado al 70% de los adultos europeos en verano.