La situación del coronavirus en España ha mejorado en la última semana, descendiendo el número de contagios y la incidencia acumulada. Sin embargo, las semanas de gran número de contagios en enero se están traduciendo en un incremento de los ingresos en hospitales y en las UCIs. Muchas de ellas se encuentran en situación crítica, cerca del colapso, ocupando diferentes salas y lugares de los centros hospitalarios de toda España.

A comienzos de esta semana, casi el cincuenta por ciento de las camas de unidades de cuidados críticos de toda España se encontraban ocupadas por enfermos de coronavirus. Esto se traduce en una presión hospitalaria de camas y carga de trabajo para los profesionales muy cercano a lo sucedido en la primera ola de la COVID-19.

Los profesionales sanitarios no dan abasto, lo que no permite una adecuada atención a los pacientes. Cuanto mayor es la saturación de las UCIs, más incrementa la mortalidad. Los profesionales sanitarios insisten en que esa carga de trabajo extra repercute en la atención del resto de pacientes y enfermos, además de los retrasos en cirugías programadas.