Tras el acuerdo comercial entre el Reino Unido y la Unión Europea, y la finalización del Brexit el pasado 1 de enero, el país británico afronta un gran número de problemas y quehaceres en su gestión. O lo que es lo mismo, el Brexit solo ha generado más desacuerdos en el seno británico que el gobierno debe solucionar.
La situación de la pandemia está agravando todo, con el país confinado en sus hogares y rompiéndose el récord de contagios cada día. Y lo peor, la presión hospitalaria ha crecido mucho y los hospitales comienzan a a temblar ante la fuerza del virus.
Los primeros problemas del Brexit se han visto en el transporte de mercancías y productos. Varios supermercados se han visto condicionados a distribuir sus productos. Representantes de asociaciones de transporte, empresas de almacenamiento y transporte refrigerado y camiones han denunciado confusiones, retrasos y problemas en los flujos comerciales transfronterizos entre el Reino Unido y Europa.
La situación más extravagante se ha visto en los últimos días. Se han equisado sándwiches de jamón a transportistas británicos que llegan a la frontera holandesa porque tras el divorcio no se pueden introducir en la UE POAO (productos de origen animal).