El nuevo consejero de Agricultura y Ganadería, Jesús Julio Carnero, descartó hoy la quema de rastrojos y el tratamiento químico como medidas para la lucha contra los topillos. No obstante, ofreció la posiblidad de mantener la coordinación entre las distintas administraciones para la limpieza de carreteras, caminos, cunetas y arroyos donde puedan encontrarse los roedores.

"Conozco bien todo al estar sobre todo en la provincia donde resido, Palencia, y se lleva el mismo camino de 2007 donde los topillos se extendieron a toda la Comunidad y ahora están en Palencia, Burgos, Zamora, Valladolid y León. Al económico se suma el problema sanitario con las 500 personas afectada por turalemia de 2007 y a cuyas cifra nos podemos acercar", apuntó en el primer Consejo Agrario el presidente de Asaja de Castilla y León, Donaciano Dujo.

A su vez, denunció que la plaga se inicia en terrenos de las administraciones abandonados como carreteras, cunetas de caminos, regueros, arroyos y malecones de ríos y de ahí se pasa a los cultivos. "Ya dijimos que en la Orden aprobada las medidas de volteo de tierras era ineficaz y el tiempo nos da la razón. Cuando se eliminan el tratamiento químico, o quema de cunetas y rastrojos, hay que analizar las consecuencias que pasan por su falta de control y erradicación", precisó.

Por su parte, el consejero de Agricultura dijo que se trabaja con medidas de coordinación con el conjunto de las administraciones. En el caso del Estado con la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y la Demarcación de Carreteras y con Fomento y Medio Ambiente en Castilla y León, y que se ha avisado a los centros de salud para prevenir contagios de turalemia.

"Hemos mantenido cuatro reuniones y el lunes habrá otra tras el volteo de tierras, adelantado a septiembre, junto a la limpieza de carreteras, cunetas, arroyos y ríos. Lo que no se puede hacer es quemar rastrojos, prohibido por una reciente sentencia, al igual que ocurre con el tratamiento químico con venenos. También está la lucha biológica contra los roedores de las que se encargan las aves rapaces", añadió.

Aurelio Pérez, de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), precisó que frente a los topillos como en 2007 no se ha hecho nada eficaz. "La plaga se extiende en los mismo lugares y, al igual que cuando un agricultor toma una decisión erróneas y paga la consecuencias en el cultivo, lo mismo tendría que pasar con las administraciones. No sabemos si se hacen seguimientos, informes y si se toman las decisiones correctas o no. Hay que trabajar de forma urgente por que en su día comentamos que la Orden actual solo servía para contar topillos y nada más, ya que el volteo de terrenos nada más se debe hacer cuando llueve. A los daños económicos se suman los de salud pública como los casos de turalemia y alguien debe dar explicaciones y responsabilizarse", enfatizó.

Para concluir, el coordinador de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, significó que "en pleno siglo XXI la lucha química contra los topillos debería ser una herramienta utilizable, con responsabilidad eso sí junto a un buen manejo en la quema de restrojos, para lo que hay que cambiar las cosas por que los focos son siempre los mismos y es preciso actuar cuanto antes para que no se extiendan".

Contra la sequía

Sobre la sequía, Carnero planteó la posibilidad de estudiar de forma conjunta con el Ministerio la puesta en marcha del anticipo de ayudas directas, una línea de préstamos frente a la sequía similares a los de 2017, un año más de cadencia para quienes aún los están devolviendo y exenciones en impuestos y tasas. "Los efectos en los cultivos son menores a los de hace dos años pero lo importante es impulsar la liquidez del sector pata afrontar mejor las pérdidas", dijo.

Carnero significó que uno de los primeros objetivos se centra en "emplearse a fondo" con el Ministerio y liderar que se consiga la existencia de "seguros más atractivos" en sus condiciones para los profesionales de la mano de la entidad Agroseguro. "Se trata de una piedra angular para que los profesionales puedan mantener las explotaciones agrícolas y ganaderas y vamos a estudiar que se ponga en marcha un seguro que tenga en cuenta el rendimiento de los forrajes", sostuvo.

En cuanto a la cosecha de la campaña de 2017 señaló que "aún no está finalizada" y que el balance de la misma se presentará ante se finalizar julio. En este momento, explicó que los efectos de la sequía acontecen especialmente en la zona occidental en las provincias de Ávila, Salamanca y León con un rendimiento que decrece en torno al 40 por ciento frente a la media; en las zonas de Campos de Palencia, centro, sur y sureste de Valladolid donde la caída es del 20-50 por ciento; y en la zoma de la sierra de la Demanda de Burgos y el Bajo Duero con pérdidas del 30-35 por ciento.

Por ello, el consejero señaló que, tras analizar el "mapa y el escenario de sequía que se tiene aunque no sea ni mucho menos la de 2017", se han planteado en el Consejo Agrario la implementación de distintas medidas de apoyo al sector empezando por la tramitación de los anticipos de ayudas directas para que pasen del 50 al 70 por ciento a partir del 16 de octubre y que se reciba el 85 por ciento de las agroambientales compensatorios en distintas zonas de montaña. "Con ello ponemos a disposición de agricultores y ganaderos una liquidez anticipada en torno a los 220 millones", dijo.

Más préstamos

A su vez, Carnero apuntó que los profesionales que se acogieron a la posibilidad de préstamos por sequía en 2017 puedan contar con un año de cadencia para devolver el capital y los correspondientes intereses. También se planteará una posible línea de préstamos especiales como los de hace dos años, junto al estudio de distintas líneas de solicitud de bonificaciones en impuestos como el IRPF y el resto de tasas antes las correspondientes administraciones. "Todo ello siempre sujeto al escenario presupuestario tanto actual como el que se pueda acometer en el futuro", indicó.