
Caso Sara- Los médicos que trataron a Sara alertaron de un presunto caso de malos tratos
Los facultativos recalcan la actitud pasiva de la madre y descartan que las heridas se las hubiera producido de forma accidenta

Los médicos del hospital Campo Grande de Valladolid que alertaron de que la pequeña Sara podía ser víctima de malos tratos y activaron el protocolo, aseguraron que en el reconocimiento que realizaron a la menor el 11 de julio, 22 días antes de su fallecimiento, comprobaron que había sufrido fuertes y repetidos golpes en las nalgas. Presentaba numerosos hematomas en distintos fases de evolución y descartaron que los moratones que también presentaba por la mayor parte de su cuerpo fueran fruto de caídas o de una pelea con su hermana mayor.
También coincidieron en señalar la actitud pasiva de la madre durante la consulta que, según indicaron, sólo se alteró cuando los policías preguntaron a la pequeña si la habían pegado en casa, así como la falta de higiene bucal de la pequeña, que tenía numerosas caries y alguna pieza dental rota.
El pediatra que examinó a la pequeña en Urgencias explicó que, al comprobar la cantidad de hematomas que la pequeña presentaba en su cuerpo, y en especial en las nalgas, donde se apreciaba perfectamente la marca de una mano, decidió llamar a una compañera médico de familia que durante nueve años había trabajado como forense. "No se trataba de heridas y de golpes propios de una niña de cuatro años", resaltó el facultativo.
Además, el facultativo, que acumula 30 años de experiencia y que durante una época fue consejero técnico del Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid, también rechazó que la pequeña sufriera dermatitis, tal y como aseguró la defensa de la madre, a la vez que recalcó que la madre, que había acudido a Urgencias por la inflación del labio de Sara, no le dice nada de los numerosos hematomas de su hija hasta que él comienza la exploración.
Por su parte, la doctora que también examinó a Sara en el Campo Grande, destacó igualmente los golpes que tenía la niña en las nalgas. "No eran simples azotitos. Tenía las nalgas cosidas de hematomas provocados por fuertes golpes", aseveró.
A su vez, hizo referencia a la falta de higiene bucal de la pequeña, con infecciones en las encías y muchas piezas dentales fragmentadas. "Esta niña no había visto un cepillo de dientes en su vida", afirmó. Además, ambos doctores coincidieron en señalar que la inflamación de los labios que presentaba la pequeña tenía un origen traumático.
Policías
En la tercera jornada del juicio que se sigue por el asesinato de la pequeña en la Audiencia Provincial de Valladolid también declararon varios policías, entre los que se encontraban los agentes que acudieron al Campo Grande alertados por los médicos. Estos indicaron que la madre en todo momento intentó justificar los hematomas de su hija asegurando que eran fruto de las peleas que mantenía con su hermana mayor.
Además, y tal como habían adelantó los doctores, la madre sólo se alteró cuando uno de los agentes se acercó a Sara y la preguntó si alguien la pegaba, Además, también explicaron que en ese momento y en las declaraciones posteriores nunca hizo referencia a que convivía con el otro acusado en este proceso, Roberto H.H., acusando siempre al padre de Sara de haberla maltratado a ella y a la pequeña.
En este sentido, la jefa de la Unidad de Familia y Mujer de la Comisaría de Valladolid, explicó que aunque Davinia no quiso denunciar al padre de Sara al considerar que el problema ya se había acabado con su salida de España, el protocolo de malos tratos se activó, aunque no se consideró un caso de riesgo, dado que el sospechoso se encontraba fuera de España.
Además, los agentes también hicieron referencia a la nula colaboración de la hermana mayor, que en las primeras declaraciones se limitó a llorar cuando la preguntaban sobre si alguien pegaba a su hermana, aunque en una ocasión si reconoció que ella le hizo daño a Sara. Los policías también dejaron claro que la mayor preocupación de Davinia era perder la custodia de sus hijas.
Otro de los agentes que participó en la investigación también puso de manifiesto que, según el testimonio de los vecinos de Davinia, los lloros y los altercados con las niñas solían ser bastante frecuentes.
Íscar
En la sesión de hoy también declaró una doctora que examinó a la niña el 16 de junio en Íscar, donde la llevó su tío, y un pediatra del Clínico que también la reconoció horas después. La médico de familia de Íscar indicó que desde el principio sospechó algo raro, dado que no es normal que la niña no estuviera siendo tratadas de unas heridas que presentaba en los pies y en las manos, y más cuando el tío de la pequeña la indicó lo ocurrido en el Campo Grande, aseverando que las heridas nada tenían que ver con malos tratos.
Por el contrario, el pediatra del Clínico, a donde fue enviada Sara por indicación de la doctora de Íscar, declaró que sólo encontró en la exploración heridas banales y problemas bucales por falta de higiene.
El juicio continuará mañana, cuando está previsto la declaración de alguno de los familiares de la pequeña.
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