La Consejería de Educación asignó a los profesores interinos del Cuerpo de Secundaria un total de 3.495 vacantes, lo que supone el 99 por ciento de las plazas ofertadas para este curso, con un resultado "muy satisfactorio" pese a reconocer que hubo "problemas" y "equivocaciones". De este manera, los institutos de la Comunidad comenzaron el curso el 17 de septiembre con la práctica totalidad del profesorado incorporado a sus destinos.

El director general de Recursos Humanos de la Consejería, Jesús Manuel Hurtado, destacó que este año se ha producido la tasa más alta de todos los procesos informatizados de adjudicación de vacantes y sustituciones para los docentes que imparten Secundaria y Formación Profesional, realizados desde la asunción de competencias en materia educativa.

En cuanto a la baremación de la listas de interinos para el curso 2018-2019 y tras superar los problemas informáticos que motivó la publicación de tres listados -algunos con "errores importantes por no cruzarse datos- y uno último depurado (3 de septiembre), Hurtado destacó que el resultado fue "muy satisfactorio", donde ha primado la transparencia. Valoró la labor de las comisiones de baremación en todas las provincias para comprobar la "ingente" documentación de 13.901 aspirantes, hasta sumar 42.407 expedientes.

Ha habido muchos recursos administrativos, al superar el millar, pero solo se estimaron unos 350. Tranquilizó a los interesados al recordar que la Junta notificará la resolución a todos, aunque ha priorizado los que eran de estimar y, luego, tocará el turno a los desestimados.

Los sindicatos han conocido también en la Conferencia Sectorial de Educación, celebrada en Valladolid, todos los datos sobre las oposiciones al Cuerpo de Secundaria. Entre ellos, que el 76 por ciento del total de aspirantes a las 1.200 plazas de Secundaria acudió a la prueba del pasado 23 de junio. De esos, una media del 33 por ciento (2.709) abandonó el examen pasados los primeros 30 minutos. Además, la administración logró cubrir 930 de las 1.200 plazas convocadas, un 78 por ciento del total.

Es decir, 270 plazas quedaron desiertas, un número muy superior a las 45 de la oposición anterior de 2015. Un total de 110 correspondió a las reservadas a las personas con discapacidad, aunque también ha habido un importante número de plazas sin cubrir. Hurtado hizo hincapié en las 100 vacantes en Matemáticas, las 37 en Física y Química y las 16 en Cocina y Pastelería.

En el caso de Matemáticas, el director general de Recursos Humanos reconoció que "no hay suficientes aspirantes con la capacidad necesaria", algo que ha ocurrido en la mayoría de los procedimientos convocados por otras comunidades. A su juicio, esto obliga a reflexionar sobre lo que ocurre en las especialidades técnicas, algo que no sucede en otras ramas. Y es que en Física y Química, solo aprobó el 18,6 por ciento.

Preguntado por si la Junta se plantea sacar una oposición de Secundaria para estas especialidades con plazas vacantes en 2019, José Manuel Hurtado apuntó que "habrá que valorarlo" pese a reconocer que la Consejería busca evitar un "efecto llamada" en otras comunidades, además de precisar que el problema no es sacar más plazas sino que los aspirantes no superan el examen. En todo caso, anunció que la próxima Oferta de Empleo Público (OPEP), que se publicará en unas semanas, recogerá las plazas desiertas de esas especialidades, por lo que se acumularán al cuerpo de Secundaria.

"Rediseño" de las pruebas

Preguntado por la propuesta de algunos sindicatos para que las pruebas del examen de oposición no sean eliminatorias, el director general recordó que es un modelo estatal, regulado por un Real Decreto y que compete al Ministerio de Educación. En todo caso, dejó sobre la mesa dos reflexiones: "Difícilmente alguien puede enseñar -y defender en una segunda parte de la prueba- lo que no sabe" o que el "profesor debe saber de todo en todo momento". De ahí que defendiera que el aspirante tenga, al menos, un cinco en cada prueba.

Otra cosa, espetó, es que el modelo actual -que data de 2007- sea "obsoleto" y se mostró partidario de un rediseño de las pruebas, como incluir plazas bilingües o priorizar las nuevas tecnologías.