La localidad burgalesa de Tórtoles de Esgueva se despertó conmocionada en el día de ayer tras conocer la muerte de Pablo Pérez Villán en los atentados de Barcelona. Se cree que el joven de 34 años, hijo y nieto de dos vecinas de la localidad burgalesa, es la víctima del ataque mortal una vez que el autor del atropello múltiple intentó huir de la capital condal. El cuerpo sin vida del joven Pablo apareció sin vida en el coche que se saltó el control arrollando a varios agentes. Según publica hoy Diario de Burgos se trata del Ford Focus de Pablo Pérez a quien el terrorista huido apuñaló con la intención de burlar los controles policiales tras acabar con la vida de una decena de personas.

Pablo Pérez Villán era muy conocido en la población ribereña, según indican las mismas fuentes, que confirman el "shock" que causó en la mañana de ayer el conocimiento de la muerte de "un chico bueno" que en los últimos años había trabajado como cooperante en varias ongd’s.

Todos los sueños de Pablo se truncaron en la tarde del jueves cuando regresaba a su domicilio en Villafranca tras pasar unos días en Benicassim junto a su abuela Paula, de 89 años y natural de Tórtoles de Esgueva como la madre del fallecido. Los vecinos recordaron ayer con una eucaristía la figura de un vecino muy querido y que desde niño había pasado veranos en el pueblo donde pertenecía a la peña ‘Los Águilas', una de las más numerosas de la localidad.

Los Mossos de Escuadra encontraron el cadáver del joven Pablo una vez que el Ford Focus blanco logró saltarse un control de tráfico arrollando a varios agentes. En ese momento, los agentes pensaron que se trataba de otro yihadista más, aunque pronto pudieron confirmar que el cuerpo sin vida que se encontraba en su interior no tenía restos de bala sino de arma blanca. El joven Pablo fue apuñalado hasta la muerte presuntamente por Omar Oukabir con el ánimo de arrebatar su coche para conseguir llegar hasta Cambrils.

En la población burgalesa ayer nadie se creía lo sucedido y por ello, vecinos y visitantes guardaron un minuto de silencio en la Plaza Mayor de la localidad para honrar a la víctima número 15 de los atentados. Su familia, que estaba en la localidad catalana en la que vivía Pablo junto a su padre y su hermano Guillermo, aguardan a que culmine la investigación para poder recuperar el cuerpo de su hijo.