El vino de Castilla y León está de moda. Mantiene su tendencia al alza tanto en ventas como en valor de mercado. Lo demuestra el Informe Nielsen 2016, que establece una cuota de mercado nacional de los vinos con denominación de origen de la Comunidad del 26%, gracias entre otros factores a las ventas por Internet y tiendas gourmet, además de vinotecas y venta directa en bodegas, cuatro ámbitos del canal especialista que por primera vez se analizan en este documento.

Sumados a la hostelería y alimentación, que componen el mercado generalista y que representan una cuota del 24,3%, sitúan a la Comunidad, tal y como destacó la consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, "en un nuevo máximo de cuota" que demuestra la "relevancia de los vinos castellanos y leoneses en el panorama nacional e internacional".

De este modo, uno de cada cuatro vinos de calidad que se venden en España es de Castilla y León, según se desprende del Informe Nielsen, consultora que analiza el mercado vinícola y que en esta ocasión incluye un análisis de los canales especialistas (que representan aproximadamente un tercio de las ventas), "examinando el cien por cien del mercado del vino", explicó Marcos. Este análisis revela que todos estos canales, junto con las exportaciones, han posibilitado que Castilla y León haya vendido 168 millones de litros de vinos de calidad. También determina un valor de las ventas de 494 millones de euros en alimentación y hostelería de los caldos regionales -un 28,4% más- y 182,3 a través de las exportaciones. En este apartado "tienen gran repercusión", apuntó Marcos, los precios y la "fidelidad" del cliente.

Los vinos de la Comunidad crecen de nuevo en el conjunto de los canales de alimentación y hostelería, con el 24,3% de cuota, 2,5 puntos porcentuales más que hace dos años y con una evolución creciente, según remarcó Ricardo Alcón, de Nielsen, durante la presentación realizada en la sede del Consejo Regulador de Rueda y ante responsables de las 12 denominaciones de origen de Castilla y León y la IGP Vinos de la Tierra; y a la que próximamente se sumará Cebreros (Ávila), que trabaja en su nuevo reglamento como vino con DO.

De este modo, es en este segmento en el que la Comunidad se consolida, concretamente en el segundo puesto, y recorta distancias con su principal competidor, Rioja, que tiene una cuota de mercado del 33,1%. No obstante, Alcón subrayó que la brecha se ha reducido 1,5 puntos desde 2014.

Por denominaciones de origen, Ribera del Duero y Rueda mantienen su liderazgo nacional y se posicionan en segundo y tercer lugar, respectivamente, con el 10,9 y 10,5% de las ventas, respectivamente. Les siguen de lejos Bierzo (1%), Toro (0,8%), Cigales (0,7%) y Tierra de León (0,5%).

Rueda, líder en vinos blancos

Los vinos blancos con denominación de origen alcanzaron en 2016 un volumen de ventas en España, en el conjunto de alimentación y hostelería, de 100,2 millones de litros, de los cuales el 40,5% corresponde a Rueda, líder absoluta en esta categoría. En tintos, de los 245,1 millones de litros vendidos, es Rioja la que ocupa la primera posición, con el 45%, seguida de Ribera del Duero, que con el crecimiento de volumen de ventas registrado, se consolida en segunda posición con el 15,3%, lo que supone 0,8 puntos más. En cuanto al resto de vinos con DO, Bierzo conserva su cuota en 1,4%, Toro sube hasta el 1,1 y Tierra de León y Cigales se mantienen en 0,2 y 0,1%, respectivamente.

En cuanto a rosados, de los 24,2 millones de litros vendidos en España, destaca el aumento de la cuota de mercado que experimentan los vinos de Cigales, que se sitúan en tercera posición con el 8,5% (1,7 puntos más), tras Navarra y Rioja, y Tierra de León en quinta posición, con un 5,1 por ciento, que crece 0,2 puntos.

En la actualidad, recordó Milagros Marcos, Castilla y León cuenta con 650 bodegas (30 más que en 2014); 5.000 hectáreas de viñedo; 300 millones de kilos de producción anual el año pasado, frente a los 220 de media; 900 millones de euros entre producción y transformación; y 19.000 empleos, de los que 15.000 son viticultores y el resto se compone de contratos asociados a las bodegas.