Los jóvenes de Castilla y León se inician en el consumo de alcohol a los 13,5 años de media, con cerca de 800 casos anuales de ‘atracones’, es decir, la toma en grandes cantidades en muy poco tiempo, el problema más grave en este ámbito y en los que reconocen haber participado cuatro de cada diez estudiantes de Secundaria encuestados. De hecho, aunque los consumos elevados no representan un hábito generalizado, la encuesta Estudes 2014-2015 detecta que el 41,8% de estudiantes entre los 14 y los 18 años afirma que no se ha emborrachado nunca y un 20,6% de ellos reconoce que bebe todos los fines de semana.

Por este motivo, las consejerías de Sanidad y Familia e Igualdad de Oportunidades, junto a un amplio grupo de expertos, han puesto en marcha el proyecto ‘Ícaro-Alcohol’, que proporciona nuevos apoyos a los padres de los menores atendidos en urgencias por consumo de alcohol y otras sustancias, un programa que se ha comenzado a pilotar en Valladolid y que se extenderá el próximo año al resto de la Comunidad.

Con esta problemática sobre la mesa, en 2016 se contabilizaron 3.268 episodios por la ingesta abusiva de alcohol y drogas en los servicios de urgencias de los hospitales Río Hortega y Clínico de Valladolid, así como en los complejos de León y Palencia, los cuatro centros que han participado con estos datos para la elaboración del proyecto. De esta cifra, 418 tenían menos de 21 años, el 12%. Y de éstos, 331 episodios estuvieron protagonizados por el alcohol, es decir, ocho de cada diez, y el resto, por el consumo de otras sustancias.

Los cuatro centros hospitalarios atienden al 45% de la población regional, con lo que según explicó el consejero de Sanidad, Antonio Sáez, "haciendo una estimación grosera" se podría decir que las urgencias de los complejos de la Comunidad recibieron en torno a un millar de casos, de los que 800 se centrarían en el consumo de alcohol.

"Un problema de esta magnitud tiene un impacto personal para los jóvenes y las familias. Eso nos ha motivado en el proyecto", expresó Sáez, quien reflejó la "relevancia" del problema en que, de los menores de 21 años, el 13% de los pacientes atendidos en urgencias contaba con entre 12 y 14 años; el 34%, de 15 a 17; y el 52%, de 18 a 20 años. "Es un problema importante que requiere actuar", reiteró. Por ello, desestimó "la idea de que una borrachera no tiene impacto en nuestros niños", tal y como opinan sus padres.

Equipos profesionales

El proyecto ‘Ícaro-Alcohol’ pondrá a disposición de los menores, de los jóvenes y de sus familias a partir de abril un equipo de profesionales de referencia en prevención que evaluarán con ellos los problemas que puedan rodear esa situación de abuso de alcohol que les ha llevado hasta allí y les canalizarán, con el consentimiento de la familia, a la mejor opción de prevención disponible según su nivel de riesgo. Y lo hará directamente cuando llegan a los servicios de urgencias o emergencias.

La iniciativa pone especial énfasis en la coordinación de distintos profesionales, "en la continuidad de las intervenciones y en un seguimiento activo de los casos para evitar lagunas o tiempos muertos sin intervención preventiva o asistencial, en caso de que esta última sea necesaria", según destacó Alicia García. El pilotaje se realiza en Valladolid y dentro de seis meses se evaluará para poder extender su aplicación al resto de las provincias de Castilla y León.

Así, a los programas de actuaciones preventivas que existen en la actualidad, como el taller ‘OH.com’ o los programas de prevención familiar ‘Moneo’ y ‘Dédalo’, se suma este nuevo proyecto que se lleva a cabo en el marco del VII Plan Regional sobre Drogas 2017-2021, presentado en noviembre. El proyecto pretende dotar a los profesionales que intervienen en la atención y prevención de riesgos en los menores y jóvenes que abusan del alcohol, especialmente a los profesionales de los servicios de urgencia y emergencia sanitaria, de herramientas "ágiles y eficaces" que permitan su reducción y evitar los patrones más problemáticos.

‘Ícaro-Alcohol’ trabajará en un primer momento en el ámbito concreto de los servicios de urgencias y emergencias sanitarias a través de un pilotaje que se llevará a cabo en los servicios de urgencias de los hospitales Clínico y Río Hortega de Valladolid y en los recursos de emergencias sanitarias. En el desarrollo de los protocolos de actuación del proyecto ha trabajado, desde junio de 2015, un grupo formado por 23 profesionales de Sacyl, Comisionado Regional para la Droga, Ayuntamiento y Diputación Provincial de Valladolid y de la Fundación Aldaba Proyecto Hombre. Representantes de todos ellos acompañaron hoy la presentación del programa.

De este modo, los jóvenes de menos de 21 años que sean atendidos en urgencias por intoxicaciones etílicas o por accidentes, lesiones, traumatismos, agresiones y otros problemas directamente relacionados con el abuso de alcohol contarán con una intervención motivacional breve y obtención de consentimiento informado del afectado y de su familia, para derivarlos a un servicio de referencia de prevención gestionado por la Fundación Aldaba Proyecto Hombre de Valladolid.

Los profesionales de los servicios implicados en los hospitales y de emergencias serán formados previamente a través de sesiones clínicas en cada servicio. Asimismo, se realizarán, en los servicios de urgencias y pediatría, talleres prácticos específicos de intervención motivacional en diferentes situaciones. Esta iniciativa, incidió Alicia García, ofrecerá una respuesta "preventiva ágil y un procedimiento proactivo" con los menores y con las familias, ya que abordará directamente con ellos la situación y lo hará en un momento de "especial preocupación y potencial motivación que supone el hecho de encontrarse en un servicio de urgencias, sin necesidad de que sean ellos los que tengan que acudir posteriormente a algún servicio específico".

Posteriormente, estos equipos de referencia de prevención, tras esa primera intervención, vuelven a contactar en un plazo máximo de 72 horas con las familias que hayan dado su consentimiento informado, para ofrecer una cita en la que poder evaluar con detalle la situación y valorar la mejor opción preventiva según las necesidades detectadas en el afectado y en su familia, según profundizó la consejera.

Según la problemática que se detecte, el joven podrá ser derivado a programas de prevención familiar universal o selectiva, a talleres de sensibilización e información para adolescentes o jóvenes con problemas relacionados con el consumo de alcohol o podrá permanecer en el programa de prevención familiar indicada que desarrolla en Valladolid el recurso de referencia de prevención.

En el caso de que los profesionales del servicio de urgencias o emergencias, del equipo de referencia de prevención, del programa de prevención familiar indicada o de cualquier otro de los programas preventivos detecten una evidente y reiterada falta de colaboración de los padres o la presencia de considerables factores de riesgo en su comportamiento, se informará a los Servicios Sociales del Ayuntamiento o de la Diputación Provincial para que valoren la posible situación de riesgo que pudiera perjudicar el desarrollo personal y social del menor o su posible situación de desamparo