Hoy te proponemos un destino de cuento visitando este bosque encantado. Un jardín romántico con influencia Victoriana de cuatro hectáreas, con una gran escalinata que nos lleva al cenador de planta octogonal construido con madera y ramaje a través de fuentes, paseos y zonas de descanso donde las especies vegetales, sin guardar simetría, surgen de forma natural en cada recodo. Abundan los árboles de gran presencia, entre ellos los de origen exótico como araucarias, secuoyas, robles rojos, cedros del Himalaya y de Oregón, que conviven con otras especies peninsulares: tejos, laureles, cerezos y toda suerte de abetos.
El Conde de Palacios promovió su construcción a finales del siglo XIX, un proyecto fundamentalmente paisajista del arquitecto Tomas Veyrant finalizado en 1910.
Sin duda uno de los más bellos jardines naturalizados de la provincia de Salamanca, próximo al Puerto de Béjar y a la la Vía de la Plata.