Nadia Murad Basee Taha y Lamiya Aji Bashar son supervivientes del cautiverio del Estado Islámico, en el que fueron utilizadas como esclavas sexuales. Tras su huida se convirtieron en portavoces de las mujeres víctimas de violencia sexual de este grupo terrorista. Ambas son además defensoras públicas de la comunidad yazidí de Irak, una minoría religiosa sometida a una campaña genocida por parte del Estado Islámico. Procedentes de Kocho, un pueblo situado en la provincia iraquí de Sinjar, donde el 3 de agosto de 2014, el Estado Islámico masacró a todos los varones de la aldea y capturó y esclavizó a todas las mujeres y niños. Las mujeres jóvenes de Kocho, incluidas Aji Bashar, Murad y sus hermanas, fueron secuestradas, vendidas en varias ocasiones y utilizadas como esclavas sexuales. En noviembre de 2014 Murad logró escapar y llegar a un campo de refugiados del norte de Irak, y desde ahí viajar a Alemania. En septiembre de 2016 Murad se convirtió en la primera persona superviviente de tráfico de personas en ser nombrada embajadora de buena voluntad de la ONUDD por la dignidad de los supervivientes del tráfico de personas. Por su parte, Aji Bashar trató de escapar varias veces hasta conseguirlo el pasado abril. Al poco de atravesar la frontera kurda, en su huida hacia el territorio controlado por el gobierno iraquí, resultó gravemente herida en la explosión de una mina terrestre, que la dejó parcialmente ciega. Continuó su huida y finalmente fue enviada a Alemania para recibir tratamiento médico. Desde su recuperación, Aji Bashar ha promovido activamente la sensibilización frente al sufrimiento de la comunidad yazidí y hoy sigue ayudando a las mujeres y los niños víctimas de la esclavitud y de las atrocidades del EI. Este galardón, el premio Sájarov, que concede cada año la Eurocámara, fue creado en 1988 para recompensar a las personalidades o colectivos que se esfuerzan por defender los derechos humanos y las libertades fundamentales. El premio tiene una dotación de 50.000 euros, y el año pasado el galardón recayó en el bloguero saudí Raif Badawi.