Los tres acusados del doble crimen del club 'Las Vegas' de Medina del Campo (Valladolid), cometido el 5 de octubre de 2014, se enfrentan a penas que suman 128 años de cárcel en un juicio con jurado que arrancará este lunes, 12 de diciembre, en la Audiencia Provincial de Valladolid, y en el que también se sentará en el banquillo de los acusados una cuarta persona acusada de encubrimiento.

La Fiscalía solicita 20 años de prisión por cada asesinato y otros dos más por tenencia ilícita de armas, tanto para Manuel Martínez Molina, autor material de los disparos que causaron la muerte de Mariano Esteban, regente del burdel, y de la camarera Laura Mihahela Andrei, como para su pareja sentimental Vicenta Panduro y para Antonio Adrián Blanco. Además, el Ministerio Fiscal pide dos años de prisión para Pablo A.L. por un delito de encubrimiento, ya que considera que colaboró en la ocultación del arma,

En concepto de responsabilidad civil, el fiscal reclama 75.000 euros de indemnización para cada una de las tres hijas de Mariano Esteban y para los dos hijos de Laura Mihahela, y 50.000 euros para la esposa del asesinado.

Una deuda, presumiblemente por asunto de drogas, es el móvil barajado para explicar los motivos que llevaron Manuel Martínez, de 48 años y Vicenta Panduro, de 39, ambos con residencia en Arévalo (Ávila), a cometer un asesinato que, según sostiene la Fiscalía, fue planificado ya que a finales de septiembre Manuel Martínez se pone en contacto con Antonio Adrián Blanco, de 26 años y residente en Madrid, para que le suministrase una pistola y le ayudara a cobrar una deuda.

Así, el 5 de octubre la pareja se trasladó hasta Fuenlabrada (Madrid), donde gracias a la mediación de Antonio Adrián Blanco, compró a un individuo una pistola por 1.300 euros. Desde allí, los tres acusados se trasladaron hasta el domicilio de una hermana de Manuel Martínez en Medina del Campo, antes de dirigirse al club.

Una vez en el burdel, aparcaron el turismo a la puerta sobre las 20:30 horas y en su interior se quedó Vicenta Panduro. Minutos después, y tras una breve conversación la víctima, Manuel Martínez sacó el arma -una pistola del calibre 9 milímetros parabellum- y disparó al dueño del local, quien fue alcanzado en la espalda al darse la vuelta en su intento de huir, según sostiene el fiscal.