La victoria de Donald Trump pocos días después de que comenzar la cumbre cayó como un jarro de agua fría entre los equipos negociadores reunidos en Marrakech. El magnate estadounidense, que ha llegado a calificar el calentamiento global como un "cuento chino", amenazó en campaña con sacar a EEUU del Acuerdo de París y retirar la financiación de 3.000 millones de dólares anuales comprometida por la administración de Barak Obama. Y mientras el tema de Trump sacudía la agenda de Marrakech, poco o muy poco se ha conseguido avanzar en las negociaciones. La cumbre de este año, la COP22, tenía que decidir cuáles iban a ser los mecanismos para cumplir con los objetivos marcados en el Acuerdo de París (evitar que la temperatura del planeta aumente más de dos grados centígrados a finales de este siglo y a ser posible que no suba más de 1,5), pero, más allá de algunas cuestiones técnicas, la mayor parte de los asuntos a zanjar se han postergado a las siguientes cumbres a falta de un acuerdo.