Desde hace más de 400 años la localidad segoviana de Caballar celebra, cuando la lluvia no aparece, un ritual en el que dos cráneos santos son sumergidos en una fuente cercana al pueblo. En ese momento, las cabezas se tornan rojas y, según las crónicas y antiquísimos libros parroquiales, el agua cae del cielo. La última mojada se produjo en el año 1992 y el archivo de Castilla y León Televisión ha permitido acceder a tan exclusivo documento. Fe, superstición... El caso es que a lo largo de los últimos cuatro siglos solamente 5 mojadas no obtuvieron resultado.