Albert Boadella, director de los Teatros del Canal, donde se exhibe la obra "Fedra" en versión flamenca, habló de Cataluña, de libertad y de tauromaquia. "Tengo malas relaciones con Barcelona", bromeó cuando le preguntaron por sitios donde salir un domingo. "Para mí es territorio comanche. Si me voy de cañas me van a llamar fascista", apuntó.
El director teatral se refirió también a la reciente polémica por la petición para prohibir los toros en Cataluña. Lamentó que el gremio se haya quedado "callado", sin saber reaccionar y apuntó que deberían haber explicado "lo que significa el rito taurino, esencial de nuestra cultura, un arte extraordinario y el único de la Antigüedad que ha sobrevivido" hasta nuestros días.
Además, recordó que en Cataluña lo han convertido en una "historia política" por "ignorancia" al creer que es algo representativo de la cultura española, cuando es "tan salmantino como catalán". Desde esRadio, pidió que se declararan patrimonio artístico nacional y que se defiendan los toros también en la televisión pública.
Boadella ha hablado también de libertades y ha alertado de que a veces, "con la excusa del bien común, la libertad personal queda muy coartada". "Hay que andarse con mucho cuidado, llegará un momento en que encontraremos una serie de derechos esenciales suprimidos por un bien común", apuntó el director poniendo como ejemplo la obligatoriedad de llevar cinturón de seguridad en el coche, algo que "no perjudica a nadie" excepto al propio sujeto y es, por tanto, un "derecho personal".
"Encontrábamos algo tremendo lo que ocurría en esos paraísos comunistas, pero la realidad es que con guante blanco, en las democracias estamos llegando a cosas parecidas, hay que vigilarlo", concluyó