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"Berlusconi dejó en el mayor ridículo a Zapatero por intentar chulearle a él y al Papa"

Luis Herrero analiza el plantón que dio Berlusconi a Zapatero en la rueda de prensa posterior a su encuentro y explica el porqué del cabreo de la curia romana.

Zapatero acudió a Roma para entrevistarse primero con el Papa Benedicto XVI y luego con Silvio Berlusconi. Según las normas de protocolo, un presidente o jefe de Estado no debe reunirse el mismo día con el Papa y con el presidente de Italia porque reduce la importancia de la reunión con el Pontífice, jefe de Estado del Vaticano.

Según Luis Herrero, el viaje de Zapatero a la Santa Sede se debe a que "está en un período de relanzamiento". El error "mayúsculo" del presidente del Gobierno "fue no informar al Vaticano que después iba a ir a ver a Berlusconi". Herrero explica que "cuando la curia se entera, el cabreo es monumental".

La Alianza de Civilizaciones

Luis Herrero ha asegurado que "si hay alguien que ha explicado bien y dedicado mucho tiempo a estudios sobre la compatibilidad entre el ecumenismo en marcha y la amenaza que supone el Islam, es Benedicto XVI". Del Pontífice ha dicho que "es un intelectual de la Iglesia católica que tiene que ver como el presidente del Gobierno del país que está más en apuros acude a la Cátedra de Pedro para decirle que la gran preocupación y el gran reto de la humanidad es la Alianza Civilizaciones".

El castigo de Berlusconi

Silvio Berlusconi dejó a Zapatero literalmente plantado durante la rueda de prensa posterior al encuentro. "Berlusconi te puede caer mejor o peor pero es muy listo y tiene un gran dominio escénico". Para Luis Herrero, "el desaire no es casual, es la forma de decirle a Zapatero: mira chaval, tú no puedes venir a Roma a pasearte por el Vaticano y después venir aquí y que te salga gratis. Voy a hacerte en tu propia carne lo que has pretendido con el Papa y conmigo".

El director de En Casa de Herrero ha añadido que "las imágenes son lamentables, Berlusconi empieza con una supuesta broma diciendo que está al lado de un santo en estado de gracia y Zapatero le sonríe cuando se está burlando de él". Para Herrero ha quedado de manifiesto que "la sonrisa de Zapatero no es la de un hombre de talante, cordial y simpático, sino la del típico pasmado que cuando no sabe qué hacer, sonríe".

Zapatero estuvo varios minutos solo en el atril "hasta que le dijeron que te bajes, te vayas a un rincón y de pie e incómodo atiendas a los periodistas y que aprendas la lección, ¡Zopenco!"

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