Alberto Recarte ha valorado este viernes En Casa de Herrero, de esRadio, la reforma laboral aprobada por el Gobierno. Tras precisar que aún no ha visto el texto completo y que "ahí puede haber matización", le ha otorgado una nota de "un 8 o un 9". "Hasta donde yo sé, es una reforma de verdad", que añadida al acuerdo entre sindicatos y empresarios sobre la limitación de la subida salarial, supone una "transformación bastante radical del mercado de trabajo".
Según Recarte, la reforma es "muy prolija y muy compleja" pero "toca aspectos fundamentales". Entre ellos ha citado el despido improcedente con 33 días de indemnización: tras recordar que es "la tercera vez que se intenta" su implantación, ha considerado que "esta vez parece que va a funcionar porque no se da entrada a los jueces", sino que se modifican sus condiciones por ley. En la anterior reforma, ha precisado, "las causas económicas estaban, pero no funcionaban porque los jueces" podían actuar en función de "un criterio muy amplio".
También ha destacado la posibilidad de las empresas de descolgarse de los convenios sectoriales sometiéndose al dictamen de un comité paritario y, si no hay acuerdo, de un árbitro. "Es una solución intermedia, pero un gran avance. Aquí había una gran rigidez", ha subrayado. Además, ha añadido que el Gobierno "pone límite a la ultraactividad de los convenios" puesto que se pone un límite de dos años a su vigencia si no hay acuerdo para la renovación.
Entre otros puntos positivos, ha apuntado que "los ERE no tienen que ser autorizados si hay acuerdo entre los empresarios y los trabajadores" y que "se elimina el despido exprés de 45 días por año", puesto que el Gobierno ha suprimido el pago de los "salarios de tramitación" si el despido se lleva a los tribunales.
"En conjunto, estoy muy sorprendido", ha insistido Recarte. Para el economista, "el Gobierno ha tocado todos los temas sensibles, no al cien por cien, pero acercándose mucho". Según el consejero de LD, se trata de la reforma más seria desde 1994 y en ella "se nota la presión de las autoridades europeas", es decir, "la imposición a España de hacer una reforma laboral de verdad como compensación al apoyo en temas como el objetivo de déficit".
Lo importante ahora, ha dicho, "es que se ponga en vigor con rapidez" para acabar con "la parálisis de la contratación".