Hace un par de días, el que fuera dirigente de Sindicato Labrego y ahora ejerce de viceportavoz de En Marea en O Hórreo, afirmaba que Feijóo era un cero a la izquierda. "Empezar de cero suena a cero a la izquierda, prefiero empezar de nuevo". Es una de las citas de Frank Underwood, uno de los personajes más famosos de la política ficción, la serie estadounidense House of Cards, cuyos capítulos están cargados de conspiraciones y tramas a la medida e incluso cuestionan el sistema democrático y a los dirigentes que lo representan. Quizás, por eso, el exsindicalista utilizó "las habilidades de la ficción" del protagonista de la serie para tratar de poner en "evidencia" al presidente de la Xunta, cuando en realidad iban más bien dirigidas a su jefe de filas: el magistrado en excedencia y portavoz de En Marea, Luis Villares.
Porque, como en las series televisivas, todo es como una cadena de hechos. En el audiovisual se utilizan las imágenes; en los contubernios, la conspiración. Nada es una coincidencia.
Y los hechos no se improvisan. El mismo día que hablaba el viceportavoz, Jorge Suárez arremetía contra la voz del partido instrumental. Un día antes lo hacía Yolanda Díaz, en presencia de Alberto Garzón; y ayer, era el propio alcalde de Santiago, Martiño Noriega, el que coincidía con Sánchez en la radiografía que el exsindicalista hacía de lo mal que lo está haciendo En Marea y su portavoz. Pero mucho antes, el alcalde coruñés, Xulio Ferreiro, fue el primero en poner al descubierto públicamente la trama.
Después del comportamiento de los llamados alcaldes rupturistas en dos años de legislatura, supongo que provocará vergüenza y cabreo entre la militancia ver cómo se organiza una conspiración contra el líder que ellos han elegido. Y todo porque Villares no se deja dominar ni actuar al dictado de estos virreyes.
Si cualquiera de los tres ilustres alcaldes, y demás piezas corales, tuviera la responsabilidad de hacer algo más útil y no liar la parda, mejor les iría a coruñeses, santiagueses y ferrolanos. Y también a los gallegos. Pero ya saben, la política es como el dinero, siempre es limpio aunque provenga de la basura, por eso a ciertas prácticas las llaman blanqueo. Y la conspiración, aunque no en este caso esté relacionada con lo anterior, es la parte que purga y controla todo.