Nada ha cambiado en la capital gallega. Las organizaciones que forman parte del llamado partido instrumental, junto con el Bloque, mantienen su "argumento" de una actuación "desproporcionada" por parte de las fuerzas de seguridad y solo se solidarizan con el movimiento okupa. Además, el propio alcalde santiagués, Martiño Noriega, afirma que no tiene que "disculparse" por nada y que su partido –Compostela Aberta- será el que decida si apoyan la manifestación convocada para el día 10. Por tanto, ni una sola mención, ni una sola llamada. Los cuerpos de seguridad del Estado han expresado su profundo malestar por la reacción de varios partidos políticos (En Marea, Esquerda Unida, Anova, Compostela Aberta y BNG) y del Concello de Santiago, que ni de forma pública ni en privado han mostrado el menor interés por el estado de salud de los seis agentes de policía heridos esta semana en Santiago -cinco de ellos de baja- tras los incidentes que generó la sentencia judicial para desalojar una casa del casco histórico.
Son sus argumentos. Pero el caso es que en la mañana de este viernes, una vez más, el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, ha reiterado que "se podría haber evitado" lo sucedido en la tarde del martes, cuando antidisturbios y manifestantes se enfrentaron en pleno casco histórico, declinando así rectificar sus palabras, como le pidió un colectivo que representa a policías. "No sé qué quieren que rectifique, pero es lo que pienso", ha insistido.
Respaldar la manifestación
Preguntado, además, por si Compostela Aberta respalda la manifestación convocada para el día 10, que amenaza con volver a convertir la ciudad en un campo de batalla, Noriega subraya que eso "es algo que tendrá que decidir" la propia plataforma "en su momento".
El Bloque y los cuatro partidos integrados en Galicia en las mareas y socios de Podemos -lo que ellos llaman partido instrumental- dejaron patente en las últimas horas por diversos medios su inquietud por lo que consideraron una actuación policial "desproporcionada", a pesar del balance de heridos entre los policías por la "agresividad brutal" empleada, según manifestó el sindicato mayoritario SUP. Además, el grupo parlamentario de En Marea ha preparado una "batería de preguntas" en la Cámara para que la Xunta pida responsabilidades al Gobierno y a su representante en la Comunidad gallega. Anova, por su parte, culpa directamente a la Delegación del Gobierno de "hacer estallar el conflicto", además de solidarizarse con lo que denominan los "movimientos de socialización comunitaria". Esa misma línea sostiene Esquerda Unida, que habla de "brutalidad policial".
Compostela Aberta, el partido que está al frente del gobierno de Santiago, hizo un comunicado en el que considera "desmedida" la intervención de las fuerzas de seguridad, que actuaron con "nocturnidad" -eran las 8 de la mañana- y pone el foco en exclusiva en la falta de información o el tapiado provisional de la casa ‘okupada’.
El gobierno santiagués, a nivel institucional, tampoco ha mantenido ningún contacto con los responsables de la policía en la ciudad.