La mano del hombre y la madre naturaleza se han confabulado contra los montes gallegos. Las últimas horas han sido de desolación e impotencia. Y todo porque ese binomio repite año tras años en Galicia. Desde comienzos de este 2017, más de 1.400 hectáreas han sido pasta de las llamas, casi la mitad en la provincia de Ourense. Dicho de otra forma, la masa forestal -tanto de monte como de otro tipo de vegetación- que ardió en la Comunidad gallega supera el equivalente a 1.400 campos de fútbol. Los dos últimos focos, con un total de 524 hectáreas arrasadas en las últimas horas, ya han sido controlados en los municipios de Narón y Oza-Cesuras. Los fuegos de menor importancia en tamaño, declarados en otras zonas, han superado las 176 hectáreas. Si hace una semana era la provincia de Ourense la que concentraba más incendios forestales, en las últimas horas Coruña ha tomado el relevo en esta plaga, que ha provocado el desalojo de ocho viviendas en el municipio de Ferrol.
Todo indicaba que los incendios previos a la Semana Santa en la provincia ourensana -678 hectáreas quemadas desde primeros de año- tendrían "réplicas" por toda la Comunidad gallega. Y así fue. A las 457 hectáreas que fueron pasta de las llamas en los municipios de Ourense, en menos de una semana, hay que sumar las 524 hectáreas arrasadas en las últimas horas.
El repentino cambio del tiempo, con rachas de fuertes vientos registradas desde este jueves y las altas temperaturas han contribuido a alimentar el fuego en la zona de Ferrolterra, Eume y Ortegal, que dejó tras de sí una ola de incendios forestales.
Unas veces la mano del hombre y otras la madre naturaleza son las causantes de estas catástrofes, que están arrasando los montes gallegos. El caso es que desde comienzos de año los incendios no cesan.
La crónica de esta tragedia -no hay que lamentar víctimas- es de desolación e impotencia. La única buena noticia es que los dos grandes incendios forestales de Narón y Oza-Cesuras están controlados tras quemar más de 524 hectáreas.
Las preguntas
Por qué antes de la entrada del verano se han quemado ya más de 1.400 hectáreas de monte. Cuáles fueron las causas y cuáles son las medidas preventivas, tanto humanas como técnicas para evitar estas catástrofes. Son las preguntas que cualquier ciudadano se hace al ver como, año tras año, Galicia presenta esta imagen desoladora con repercusiones medioambientales y económicas.
Los datos, tristes y preocupantes están ahí. Galicia, la reserva verde de España y la comunidad con mayor población forestal del Estado, está sufriendo una plaga de incendios sin precedentes. Solo ocho fuegos han arrasado 11.000 hectáreas en 2016, a mitad de todo lo que ardió en un año. Y esta triste estadística no dice que el fuego de municipio ourensano de Entrimo, quemó 3.000 hectáreas, fue el segundo de incendio forestal de mayor entidad registrados el pasado ejercicio. Pero esta plaga no se queda solo en Ourense, se extiende a toda Galicia
De hecho, la Comunidad gallega ocupa un tercio del total de monte calcinado en España. Estos son los fríos datos, pero reales. Conocemos los medios que anuncia la Administración para prevenir y luchar contra esta lacra, pero o son escasos o tienen poca efectividad. O ambas cosas a la vez por falta de coordinación o planificación.