Dos cosas llamaron mi atención este Domingo de Resurrección: las sabias palabras de don Gerardo Fernández Albor y el recado del cura de Friol al obispo de Lugo.
A sus casi cien años, el que fue primer presidente de la Xunta dijo lo que todos pensamos, pero callamos: "los políticos de hoy en día no han demostrado saber vivir de otra cosa". Lo que viene decir don Gerardo es que si dejan la política tendrían que inscribirse en las oficinas del paro. Lo cual no deja de ser paradójico, pues también vivirían a costa del pueblo.
Lo de José Ramón Pérez, que así se llama el cura de Friol, me recuerda al diálogo, respecto al fundamento de la ética, entre Umberto Eco y Carlo María Martini, arzobispo de Milán (ambos ya fallecidos). El resultado de este "desafío" dialéctico entre amigos, luego sería publicado en un librito que lleva por título ‘En qué creen los que no creen’. Estoy completamente seguro que prelado de Lugo no lo ha leído. Como tampoco debe ser muy devoto del papa Juan XXIII. El mismo Angelo Giuseppe Roncalli, que inició el cambio en la Iglesia para acercarla al pueblo. Por eso, a Alfonso Carrasco Rouco se le escapa el rebaño.
Y es que el rebaño se rebela contra el pastor. Porque la orden del obispo de trasladar al cura de Friol a Quiroga ha originado un rechazo frontal de sus feligreses, incluidas las manifestaciones parcantiles ente la sede del obispado, que ponen manifiesto un sesgo muy de otra época la actitud del jerarca eclesial. Hasta el cura se rebeló contra el prelado en la misa dominical, en la que anunció su renuncia. Parafraseando a don Gerardo, también hay obispos que sin rebaño no saben vivir de otra cosa.