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Galicia

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Vuelven los incendios: otras 457 hectáreas quemadas en menos de una semana

Solo 8 fuegos arrasaron 11.000 hectáreas en 2016. En Entrimo, con 3.000 hectáreas, el segundo de mayor entidad de los registrados en toda España.

Solo 8 fuegos arrasaron 11.000 hectáreas en 2016. En Entrimo, con 3.000 hectáreas, el segundo de mayor entidad de los registrados en toda España.
Imagen del incendio de Entrimo en 2016. | EFE

La desolación e impotencia forman un binomio que se repite años tras año en Galicia. Las causas son varias y los fuegos ya no solo cosa del verano. En lo que va de año han ardido más de 700 hectáreas, y en menos de una semana fueron pasto de las llamas 457 hectáreas. Como en años anteriores, la provincia de Ourense es la más castigada por los incendios forestales, naturales o causas por la mano voluntaria de los que prenden la mecha. Galicia, la reserva verde de España y la comunidad con mayor población forestal del Estado, está sufriendo una plaga de incendios sin precedentes. Solo ocho fuegos han arrasado 11.000 hectáreas en 2016, a mitad de todo lo que ardió en un año. Y esta triste estadística no dice que el fuego de municipio ourensano de Entrimo, quemó 3.000 hectáreas, fue el segundo de incendio forestal de mayor entidad registrados el pasado ejercicio. El caso es que la Comunidad gallega ocupa un tercio del total de monte calcinado en España. Estos son los fríos datos, pero reales. Conocemos los medios que anuncia la Administración para prevenir y luchar contra esta lacra, pero o son escasos o tienen poca efectividad. O ambas cosas a la vez por falta de coordinación o planificación.

No es necesario hablar del inicio de una primavera con unas temperaturas atípicas para la época, porque a la pequeña oleada de incendios que se han producido desde que comenzó esta estación hay que añadir los fuegos registrados en pleno invierno. La falta de lluvias y temperaturas impropias forman parte de las causas naturales, pero también están las intencionadas.

El caso es que volvemos a los tristes parámetros de los últimos tiempos. Si el año pasado el interior de Galicia, sobre todo la provincia de Ourense, era el que sufría con más intensidad las consecuencias del fuego, este año parece repetirse el modelo. Este viernes la Consellería de Medio Rural informaba de que el último incendio registrado en lo que va de semana, el que afectó a la parroquia de Cereixedo, en Cervantes (Lugo), había quedado extinguido este jueves en torno a las 19:00 horas tras quemar 20 hectáreas de superficie rasa desde que se inició, las tres de la madrugada.

Pero ese es solo el último de los fuegos a los que se ha enfrentado Galicia desde el pasado fin de semana. El resto se ensañó con Ourense y supone, según los partes informativos de Medio Rural, que las llamas convirtieron en cenizas a través de seis incendios más de 300 hectáreas desde el sábado.

Empezó el de Cangues, en O Irixo, el sábado. Ese quedó extinguido al día siguiente por la mañana tras quemar 69,9 hectáreas, 30 de arbolado. El domingo arrancaban dos más: en la parroquia de Vilar de Condes (Carballeda de Avia) y en Sabuguido (Vilariño de Conso), que cuando se dieron por extinguidos habían calcinado 20 hectáreas de monte arbolado el primero y 34 de raso el segundo.

También el domingo se iniciaba el que sufrió Grou (en Lobios), que es el que más hectáreas calcinó, 133, en su mayoría (63) de raso, hasta su extinción (dos días). El que afectó a Quins (Melón) por un turismo que ardió empezaba este martes y quedaba extinguido un día después, tras afectar a 22 hectáreas de arbolado. Vilariño de Conso sufrió un incendio más, esta vez en Chaguazoso, y perdió otras 29 hectáreas por el fuego.

A mediodía de este domingo quedó extinguido el incendio en el municipio ourensano de Carballeda de Valdeorras tras calcinar una superficie de 137 hectáreas. Además, permanecen activos los fuegos que desde la madrugada de este domingo afectan a la parroquia de Viapasantes en el municipio lucense de Cervantes. De momento se contabilizan que ardieron unas 40 hectáreas.

2016: un triste año para Galicia

El Ministerio de Medio Ambiente elabora cada año una lista de los mayores incendios. Por desgracia, Galicia siempre está presente en ese rol. En 2016, la Comunidad gallega acapara un tercio de las referencias, y de los 22 incendios forestales que superaron el umbral más elevado en toda España, ocho se localizaron en Galicia: tres en Coruña, uno en Pontevedra y cuatro en Ourense, precisamente la provincial peor parada. Entre todos los incendios registrados en la Comunidad gallega suman un total de 11.115 hectáreas quemadas, lo que supone más de la mitad (el 52%) de todas las que fueron pastor de las llamas el año pasado en el Galicia.

Las cifras, como todas las que se refieren a desastres, son escalofriantes. En total, fueron poco más de 21.112 hectáreas las que ardieron en Galicia, prácticamente un 78% más que en 2015 y diez veces más que las arrasadas en 2014, el mejor año no solo de la década sino del siglo XXI, con poco más de 2.000 hectáreas pasto de las llamas.

Ourense es un problema a tener muy en cuenta. Es la provincia que más sufre las consecuencias de los incendios forestales. Solo el fuego registrado en el municipio de Entrimo en septiembre, uno de los que integran la lista negra, ya arrasó por sí solo 1.000 hectáreas más. Esas 3.000 hectáreas le sitúan de segundo en el podio de los más dañinos, únicamente superado por el que sufrió El Paso (La Palma, en Canarias), donde sucumbieron 1.800 más.

Pero el de Entrimo no fue el único que castigó Ourense con saña: en la provincia ardió la mitad de lo que se quemó en Galicia, y los principales culpables fueron el de Entrimo y otros tres fuegos más que llegaron en septiembre, cuando parecía que lo peor ya había pasado: fueron el de Muiños (747 hectáreas), el de Oímbra (1.363 hectáreas) y el de Cualedro (con casi 1.600).

Las provincias de Pontevedra y Coruña tampoco se libraron de la ceniza. El 10 de agosto fue otra fecha trágica para los montes gallegos: el de Santiago se llevó por delante 825 hectáreas; el de Porto do Son-Caamaño, 730, y el de Porto do Son, pero en Xuño, 870. En la misma jornada las llamas asolaban Arbo, en Pontevedra. También a Lugo llegaron los efectos de las llamas: en la provincia ardieron un total de 894,5 hectáreas, 332 arboladas, pero a lo largo de todo el año.

Lo más castigado en Galicia fueron las zonas de matorral y monte raso, con más de 12.200 hectáreas, frente a la 8.845 de bosques, el doble que el año anterior. Es ilustrativo del ensañamiento del fuego con Galicia que bata récords en el Estado también de incendios y conatos. En total, se registraron 2.400 episodios, a 6,5 al día de media.

Los datos del Ministerio de Medio Ambiente son demoledores y, desde hace años, Galicia siempre está presente en la "lista negra" elaborada por el Gobierno central. Y, por lo que se ve en estos días, el caso de la Comunidad gallega es una continuación más para esperar a que se confeccionen los datos estadísticos de la masa forestal quemada: por causas naturales o intencionadas.

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